Sky esta por descubrir un mundo completamente diferente al que está acostumbrada a estar, nuevos amigos, nuevas aventuras y tal vez el amor.
Sky y Harry se encontrarán nuevamente, serán tan cercanos, tan importantes el uno para el otro, pero hasta...
Harry Potter, El famoso Harry Potter, el héroe de dos partidos de quidditch, les había hecho perder todos esos puntos, él y la rubia más querida de la escuela y otro de primer año. De ser una de las personas más populares y admiradas del colegio, era el más detestado.
—Se olvidarán en unas semanas. Fred y George han perdido puntos muchas veces desde que están aquí y la gente los sigue apreciando.
—Pero nunca perdieron ciento cincuenta puntos de una vez, ¿verdad? —dije tristemente.
—Bueno… no —admitió Ron.
—Rayito, se les pasará, no debería importarte lo que la gente diga de ti, hicimos algo bueno por una persona especial como Hagrid. —exclamó Sky, mientras veía a unos chicos feo por estar hablando de nosotros.
—Mmm bueno es que a ti no te dicen tantas cosas… —respondí mientras caminaba más rápido, realmente odia escuchar los susurros.
—¡Oye! Sí supieras lo que he escuchado de mí, te espantarías. —me contestó mientras agarraba a Ron de brazo —vamos tenemos clase y no he visto a Her.
Una tarde que salía solo de la biblioteca oyó que alguien gemía en un aula que estaba delante de él. Mientras se acercaba, oyó la voz de Quirrell.
—No… no… otra vez no, por favor… Parecía que alguien lo estaba amenazando.
—Muy bien… muy bien. —Oyó que Quirrell sollozaba. Al segundo siguiente, Quirrell salió apresuradamente del aula, enderezándose el turbante.
Regresé a la biblioteca, en donde Hermione estaba estudiando Astronomía con Ron y Sky estaba leyendo un libro de posiciones. Les conté lo que había oído.
—¡Entonces Snape lo hizo! —dijo Ron—. Si Quirrell le dijo cómo romper su encantamiento anti Fuerzas Oscuras…
—Pero todavía queda Fluffy —dijo Hermione.
—Tal vez Snape descubrió.cómo pasar ante sin preguntarle a Hagrid —dijo Ron, mirando a los miles de libros que los rodeaban—. Seguro que por aquí hay un libro que dice cómo burlar a un perro gigante de tres cabezas. ¿Qué vamos a hacer, Harry?
—Ir a ver a Dumbledore. Eso es lo que debimos hacer hace tiempo. Si se nos ocurre algo a nosotros, con seguridad nos vamos a perder.
—¡Pero no tenemos pruebas! —exclamó Sky— no podemos ir por ahí diciendo que un profesor quiere robar la piedra. Además, meteríamos a Hagrid en serios problemas, de donde justificarías saber de ello.
—¡Si! Además, Quirrell está demasiado atemorizado para respaldarnos. Snape sólo tiene que decir que no sabía cómo entró el trol en Halloween y que él no estaba cerca del tercer piso en ese momento. ¿A quién piensas que van a creer, a él o a nosotros? No es exactamente un secreto que lo detestamos. Dumbledore creerá que nos lo hemos inventado para hacer que lo echen. Filch no nos ayudaría aunque su vida dependiera de ello, es demasiado amigo de Snape y, mientras más alumnos pueda echar, mejor para él. Y no olviden que se supone que no sabemos nada sobre la Piedra o Fluffy. Serían muchas explicaciones.
—Si investigamos sólo un poco…
—No —dije en tono terminante—: ya hemos investigado demasiado.
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