CAPÍTULO 15. EL BOSQUE PROHIBIDO

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POV. HARRY

A la mañana siguiente, llegaron notas para mi, Sky y Neville, en la mesa del desayuno. Eran todas iguales.

“Su castigo tendrá lugar a las once de la noche. El señor Filch los espera en el vestíbulo de entrada.
Prof. M. McGonagall.”

A las once de aquella noche, se despidieron de Ron y Hermione en la sala común y bajaron al vestíbulo de entrada con Neville. Filch ya estaba allí y también Malfoy.

—Síganme —dijo Filch, encendiendo un farol y conduciéndonos hacia fuera—. Seguro que lo pensarán  dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela, ¿verdad? —dijo, mirándolos con aire burlón—. Oh, sí… trabajo duro y dolor son los mejores maestros, si quieren mi opinión… es una lástima que hayan abandonado los viejos castigos… colgarlos de las muñecas, del techo, unos pocos días. Yo todavía tengo las cadenas en mi oficina, las mantengo engrasadas por si alguna vez se necesitan… Bien, allá vamos, y no piensen en escapar, porque será peor para ustedes si lo hacen. Sky y yo nos volteamos a ver desconcertados…

Delante, Harry pudo ver las ventanas iluminadas de la cabaña de Hagrid. Entonces oyeron un grito lejano.

—¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez.

Me brillaron los ojos, pero en eso Filch dijo:—Supongo que crees que vas a  divertirte con ése papanatas, ¿no? Bueno, piénsalo mejor, muchacho… es al bosque adonde irán  y me habré equivocado si vuelven todos enteros.

Al oír aquello, Neville dejó escapar un gemido y Malfoy se detuvo de golpe.

—¿El bosque? —repitió, y no parecía tan indiferente como de costumbre—. Hay toda clase de cosas allí… dicen que hay hombres lobo.

Neville se aferró de la manga de la túnica de Sky y dejó escapar un ruido ahogado, ella le acarició el brazo y lo intentó tranquilizar.

—Eso es problema de ustedes, ¿no? —dijo Filch, con voz radiante—. Tendrían  que haber pensado en los hombres lobo antes de meterse en líos.

Hagrid se acercó hacia ellos, con Fang pegado a los talones. Llevaba una gran ballesta y un carcaj con flechas en la espalda.

—Menos mal —dijo—. Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, Harry, Sky?

—Yo no sería tan amistoso con ellos, Hagrid —dijo con frialdad Filch—. Después de todo, están aquí por un castigo.

—Por eso llegaste tarde, ¿no? —dijo Hagrid, mirando con rostro ceñudo a Filch—. ¿Has estado dándoles sermones?.Eso no es lo que tienes que hacer. A partir de ahora, me hago cargo yo.

—Volveré al amanecer —dijo Filch— para recoger lo que quede de ellos —añadió con malignidad.

Malfoy se volvió hacia Hagrid. —No iré a ese bosque —dijo, y Harry tuvo el gusto de sentir miedo en su voz.

—Lo harás, si quieres quedarte en Hogwarts —dijo Hagrid con severidad—. Hiciste algo malo y ahora lo vas a pagar.

—Pero eso es para los empleados, no para los alumnos. Yo pensé que nos harían escribir unas líneas, o algo así. Si mi padre supiera que hago esto, él…

—Te dirá que es así como se hace en Hogwarts —gruñó Hagrid—. ¡Escribir unas líneas! ¿Y a quién le serviría eso? Harás algo que sea útil, o si no se irán. Si crees que tu padre prefiere que te expulsen, entonces vuelve al castillo y coge tus cosas. ¡Vete!

Malfoy no se movió. Miró con ira a Hagrid, pero luego bajó la mirada.

—Bien, entonces —dijo Hagrid—. Escuchen con cuidado, porque lo que vamos a hacer esta noche es peligroso y no quiero que ninguno se arriesgue. Síganme por aquí, un momento.

Sky Swift y La Piedra Filosofal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora