Destinada a ser una perra humana de cría

Cap 9 - Habiba, hace su aparición.

Porque tarda tanto en abrir el portón que pasa, me pongo nerviosa, mientras fuera del vehículo se sienten ruidos y voces diferentes, ¿Que está pasando allí fuera? Solo atino a ladrar varias veces.

Alguien comienza a mover la puerta y de a poco van apareciendo ante mi, caras conocidas y otras, tanto hombre como mujeres, en primera fila, junto con flashes y aplausos, y por sus laterales, aparecen muy bien formadas las criadas de un lado y del otro, los hombres que prestan sus servicios, dejando a modo de pasillo un camino en el medio, por el cual se acerca la Reina Fatima VI, vestida con una vestido largo hermoso color dorado, con detalles en negro, su cabellera cubierta con un chador, a su lado un hombre imponente por su altura y aspecto, que intuyo es el Rey, y tras ella las hijas e hijos impecablemente vestidos también, asumiendo que todo esto es una escena protocolar, luciendo todos una sonrisa enorme.

Sin saber qué hacer, con mucho miedo y vergüenza, solo atino a tratar de caminar hacia el otro del vehículo, siendo como mi cadena lo impide.

Fátima me acaricia y toma mi cadena, jalando mi cuerpo hacia la parte externa, en donde su marido portando una cadena dorada, se acerca a mi y la engancha de mi collar, entregándolo la misma a su esposa, quien se gira para mirar a todos los presentes, mientras un asistente se asoma y suelta la cadena sucia del vehículo de mi collar, todo perfectamente preparado como si fuera esto una puesta en escena, dado que sus dos cuerpos ocultan la presencia del asistente, de los fotógrafos y demás personas presentes en la ocasión.

La Reina comienza a hablar en su idioma mientras jala de mi cadena para que baje del vehículo, hasta obligarme a ocupar el lugar entre ella y su marido, manteniendo la cadena muy corta obligándome a mirar al frente e impidiendo cualquier movimiento que yo pudiera hacer.

Por lo visto ha preparado un largo discurso en el que cada tanto todos aplauden, finalmente antes de hablar su marido, ella me pasea frente a todos y luego entrega la cadena dorada a su marido dejándome con el frente a todos, pero esta vez mostrando mi cuerpo entero, ya no solo el rostro y cabeza como antes.

Ella frente a mí, sonríe y tira besos de forma encantadora, notando su felicidad, pero también viendo como ella lo hace al ver a los fotógrafos tomar primeros planos.

En tanto el Rey con mucha solemnidad habla sin pausa, moviendo su manos y gestualizando reiteradamente, hasta el momento que todos aplauden.

Tras ello entrega mi cadena a otra persona que me gira nuevamente y hace caminar, viendo que es mi adiestrador, parando para que yo pose y sea fotografiada ante los fotógrafos y periodistas, mientras responde preguntas.

Finalmente regresamos al centro de la escena viendo allí parado junto al Rey al médico del centro de investigación, quien se agacha para acariciar mis orejas, darme algo de comer oculto en su palma de la mano, notando de inmediato que es dulce y energiza mi cuerpo, relajando luego con su mano al acariciar mi cabeza y orejas peludas.

El toma la palabra y comienza a mostrarme seguramente explicando mi proceso y el proyecto de investigación que lleva a cabo, me hace girar de un lado al otro mientras acercan una mesa baja, y me guió hasta ella para luego subir y continuar la exposición, allí levanta mis patas una a una, mostrando en detalle las modificaciones seguramente, muestra mi rostros, juega con mi cola. Finalmente me da otra golosina, disimulada tras una caricia, dejándome allí expuesta, mientras le hacen preguntas, y él, las responde sin prisa ni pausa.

En ello noto que la Reina y el Rey situados en el medio de la estancia abren lugar para dejar pasar al Veterinario que trae a rastras a un hermoso perro de pelo blanco y negro, con una impronta imponente pero que con miedo camina a su lado, y por lo que intuyo debe ser Ali, el Noble, que se suma a la escena, como actor principal y a quien ahora le prestan todos la atención quedando ellos a un lado del Rey, luego de su exhibición para calmarlo, incluso dándole una golosina como a mi.