Destinada a ser una perra humana de cría

Cap 12 - Mi vida por fin tiene un sentido.

Luego de aquel fatídico evento, y su noche asquerosa y  olorosa por tener la mierda atada a mi collar, y haber dormido envuelta en olor a mierda y meados.

Desde el amanecer del día siguiente, ya todo afortunadamente se encaminó para bien, gracias a que mis bellas y hermosas 10 crías ya se hacen notar en mi vientre, por moverse constantemente dentro mío y alegrarme por sentirlas vivas, y yo, no tan sola afortunadamente.

Sentir mi panza crecer, y saberme embarazada, mientras crece día a día a la par de mis crías. Me genera satisfacción y orgullo de ser su Madre, y la sensación es hermosa, dado que sientes esos diminutos seres  moverse dentro mío las 24 hs, y que ya no me dejaran casi dormir hasta que nazcan y conozcan a su madre y yo a ellos.

Mi adiestramiento ya no es tan riguroso gracias a mi estado, y ahora solo se limita a ser follada por humanos negros, y otros perros para diversión del Sultán, la Sultana, e incluso por las otras esposas y concubinas que juegan conmigo cuando soy llevada dentro del harem.

Pero hoy hay cierto malestar o nerviosismo, y de seguro algo me pasara, puedo notarlo instintivamente. 

Mis crías aún no las siento muy desarrolladas, por lo que no creo que sea mi hora de parir, es mi instinto e intuición la que me hace suponer estas cosas.

Siento que oscurecen mi vista, puede ser por el horario de comida, o para las tareas de limpieza de mi cueva/cucha, o tal vez para mi propia limpieza, dado que me bañan una vez a la semana aproximadamente, no estoy muy segura.

Siento que se acercan a mi para colocar la cadena en mi collar, para sentir de inmediato el tiron y yo deber que seguir a este humano.

Este me hace dar varias vueltas para desorientarme y no saber donde queda realmente la salida,  para finalmente subir las piedras, atravesar por el portal oculto, y salir de mi jaula para pisar nuevamente la arena caliente.

Caminamos algunos metros, reconociendo por el tipo de suelo, que su intención es lavarme, debo aceptar que es algo hermoso, ser bañada adecentada, y no puedo expresar con palabras la sensación de placer al sentirme limpia y perfumada.

Me hace subir a una mesada, para atar mi collar a la pared, luego esta persona me moja con una manguera de la que sale agua helada, y luego, comenzar a lavarme.

Disfruto el perfume del jabón junto con la limpieza, siempre he sido muy limpia y he cuidado mi cuerpo, ahora ya nada de eso depende de mí siquiera, y más aún, luego de una semana de oler constantemente a mi propia mierda las 24 hs, es una bendición para mi.

Ya finalizada la labor de limpieza, me ayuda a bajar de la mesada, para llevar a algún lugar cercano, atar mi cadena a un argolla y dejarme allí hasta que los rayos del sol sequen mi cuerpo, notando enseguida la presencia de otros perros que me olfatean y lamen mi culo y pubis, metiendo su lengua en mis agujeros, pero sin penetrarme.

En un momento abren mi audición y vista, viéndome en un canil rodeada de otros perros atada a uno de las varias estacas y argollas que en lugar se encuentran fijados.

Todos los demás perros se encuentran allí sueltos y jugando sin restricciones, algunos incluso meando y cagando sin problema alguno, yo soy el único animal atado.

Ya casi agotada por el calor y sedienta, ingresa un cuidador, me suelta para tirar de la cadena y sacarme de allí, me lleva a buen paso a hasta una de las puertas que en la parte trasera de la edificación se encuentra, para luego de tocar y abrirse, me entrega a una criada blanca.

Esta me hace ingresar a la edificación, me conduce sin prestarme atención por largos pasillos dentro que a medida que avanzamos se tornan más lujosos hasta llegar a un patio interno precioso, llenos de flores, una fuente y muchos pájaros cantando alegremente, allí por lo visto nos espera la sultana quien hace mucho tiempo no veo, sentada y luciendo espléndida mientras dos esclavas le hace las unas de sus manos y pies sin prestarle atención, mientras ella conversa con otras dos hermosas mujeres vestidas con trajes ligeros de seda muy sugerentes que contrastan con su vestimenta elegante y costosa.