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Omnipresente.
—Estás en mi camino.— Gruñó Shoto, molesto por alargar el encuentro.
—¡Pero es tu poder, ¿no?!— Exclamó Izuku Midoriya. —¡¿Por qué no lo usas?! ¡Todos se esfuerzan por llegar a ser héroes!
Las palabras de Midoriya parecían hacer eco en los recuerdos de Todoroki. Él recordaba sus propias conversaciones con su madre y con Kioko.
...
"Sí, así es. Los niños heredan los dones de sus padres. Pero lo importante no es esa conexión, sino reconocer tu propio cuerpo"
La voz de All might salía de la televisión mientras Shoto y Kioko miraban con admiración.
"A eso me refiero cuando digo: "Yo estoy aquí" ¿Lo ves?"
"Pero quieres ser un héroe ¿no? Si quieres serlo, esta bien."
Dijo Rei alborotando el cabello bicolor de su amado hijo.
La escena cambió. Ahora estaba con Kioko viendo acostados el increíble atardecer encima suyo. En el patio de la residencia Kayama.
"No tienes que hacer lo que dicte tu sangre.. tienes derecho a convertirte en lo que quieras ser. Yo siempre estaré a tu lado, Shoto."
Dijo su amiga tomando suavemente la mano calida de su amigo.
...
Ahora, enfrentando a Midoriya, las últimas palabras de Kioko y su madre retumbaban en su mente. Sus llamas ardieron con ímpetu repentino, sorprendiendo a los espectadores.
Esto llamó la atención de Kioko, quien se levantó de un salto para observar mejor desde las gradas. En su interior, Todoroki había tomado una decisión.
¡Eso es..!
—Lo hizo..— Murmuró Kioko, ahogando un chillido con su mano. —Finalmente lo hizo.
—Aunque quieras ganar..— Comenzó a balbucear Shoto. —Ayudar al enemigo.. ¿Quién es el que anda con jueguitos ahora?
Las llamas irradiaban una belleza salvaje, cuyo resplandor hacía juego con la mirada decidida de Shoto. Kioko sintió orgullo por el valor que demostraba al enfrentar su desafío más grande.
Este combate marcaría un antes y un después. Confianza en el triunfo de ambos crecía en su corazón.
Desde el palco de observación de los profesores, Toshinori vigilaba el enfrentamiento con interés. A su lado, Kayko reía divertido.
