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¡Oigan, todos ¿están listos?!
Todo el público grito positivamente.
¡Mucho sucedió, pero ahora se reduce a esto! ¡Una batalla seria!
Cementoss estaba creando la arena donde serían los combates.
¡Aunque no seas un héroe enfrentarás muchas situaciones como esta! Lo entiendes ¿verdad? ¡Corazón, habilidad, cuerpo, sabiduría y conocimiento! ¡Usen todo para avanzar!
Estaba en camino a las gradas, había perdido mi bolso con comida. Que pesima situación.
Tendría que salir a los puestos de comida, eso sería perderme todo el primer encuentro.
—Puedo aguantar..— Susurre intentando convencerme a mi misma.
—Oye, rarita.— Levanté la vista hacía Bakugo.
Él tenía mi bolsa con snacks. Fruncí el ceño.
—Pero-. Me interrumpió.
—Se la he quitado al idiota enano.— Aclaró al entender lo que diría.
—Gracias. Me acabas de salvar.— Agradecí sacando un onigiri.
—¿Es en serio?— Me miró incrédulo.
—¿Uh? Tengo que recuperar mis energías, animar no es tan fácil como crees.— Bufé viéndolo mal.
—No es tan complicado, parece que no aguantas.— Afirmó.
Alcé una ceja, incrédula. —A la próxima lo haces tú, Kacchan.— Contrataque señalandolo.
Él volteo a verme exaltado. —¡¿Ah?! ¡¿Kacchan?!— Se había ofendido.
Me encogí de hombros. —Tú me llamas "rarita".- Me defendí antes de que dijera algo
—¡¿Y eso qué?!— Exclamó echando chispas.
—¿Y eso qué? Si no te gusta, no me digas rarita.
—Tks..— Temblo del enojó.
—Apuesto que te verías bien con el uniforme de animadora.— Solte una carcajada.
—¿Ah? ¡¿Qué quieres decir?!— Preguntó tensandose.
Pare mi risa al escuchar más ruido arriba. —Deberíamos subir.— Opine desviando el tema.
