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Cuando Kioko había dejado la enfermería, su teléfono vibró mostrando la foto de su querida Nana.
—¿Nagisa?— Contestó con curiosidad.
—¡Kioko, querida mía!— Se escuchó el fuerte grito de su Nana desde el otro lado de la línea. Kioko se alejó un poco del teléfono por la intensidad del grito. —¡Qué alegría verte tan valiente aunque me tuviste preocupada! ¡No entiendo nada de tu forma de pelear!
Kioko suspiró apenada. —Verás, Nana... No estaba buscando ganar fácilmente. Quería darles una oportunidad justa a mis compañeros también.
—¡¿Eh?!— Exclamó Nagisa confundida. —Pero tu deber es ganar, eres una de las mejores estudiantes.
—¡Lo siento! Sé que tomé riesgos pero eran absolutamente necesarios.— Admitió con arrepentimiento. —¡Aunque no enfrenté el duelo como debía!
—Nana, yo.. hay algo importante que debo decirte.— Comenzó Kioko dubitativa. Quería ser sincera con la mujer que tanto la había apoyado.
—No necesitas decir nada más.— Interrumpió Nagisa con un tono cálido. —Lo que hiciste habla de tu noble corazón al preocuparte por tus compañeros. Esa es la marca de un verdadero héroe.
—¿Uh?— Musitó Kioko.
—Así es.— Continuó la mujer. —Tu valentía al mirar más allá de la victoria y darles una oportunidad a los demás me enorgullece. Eres justo el tipo de persona honorable y compasiva que el mundo necesita.
Kioko se quedó callada por un momento. No deseaba romper la ilusión de su Nana, quien había estado a su lado todo este tiempo. Sin embargo, sabía que tarde o temprano tendría que expresar sus propias dudas sobre el camino a recorrer.
—Confías mucho en mí, Nana.— Respondió Kioko con un nudo en la garganta, conmovida por las palabras de la mujer.
—¡Y con toda razón, querida!— Exclamó Nagisa con una risita. —Eres una jovencita excepcional, inteligente y con un gran corazón. En el futuro tú ocuparás el puesto de tu padre como heroína profesional e incluso lo superarás, estoy segura.
Kioko se quedó en silencio, tratando de contener las lágrimas. Aún se sentía insegura respecto a su destino, pero los votos de confianza de su familia le daban fuerzas para seguir esforzándose.
—Haré todo lo posible por cumplir tus expectativas y convertirme en una gran heroína.— Respondió Kioko con determinación.
—No tengas ninguna duda, cariño. Sé que lograrás convertirte en una gran heroína.— Dijo Nagisa con confianza a través del teléfono.
