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La multitud enloqueció de emoción cuando las llamas anunciaron la gran final con dramatismo.
¡Llegó el momento que todos estaban esperando! Después de increíbles combates, sólo quedan dos estudiantes.
Los rostros de los finalistas aparecieron en la gigantesca pantalla, aumentando la expectativa.
¡Representando al curso A, tenemos a Shoto Todoroki!
Las ovaciones se dejaron oír con fuerza por cada rincón del estadio. Kioko se emocionó al ver a su querido amigo tan cerca de la victoria.
¡Y su oponente, también del curso A, el temible Katsuki Bakugo!
Un rugido general se alzó entonces. La batalla prometía ser la más épica de todas. Midoriya y Kioko observaron con atención, ansiosos por presenciar el desenlace entre aquellos titanes.
La tensión se sentía en el aire mientras todos aguardaban el inicio de la gran final. En la cabina de observación, los profesores mantenían una mirada atenta, en especial Kayko.
All Might no pudo evitar notar que su joven colega sólo había presenciado con total interés ciertos combates clave, como el actual.
—¿Crees que den lo mejor de sí?— Preguntó con curiosidad.
Kayko meditó unos segundos antes de responder.
—De Todoroki puede esperarse cualquier cosa.— Comentó con semblante pensativo. —Lo conozco desde pequeño, y heredó la terquedad de su padre y hermano mayor. Nunca se puede predecir del todo.
All Might asintió comprendiendo. Como héroe, Kayko conocía mejor que nadie las capacidades e inclinaciones del joven bicolor. Su experiencia podía dar valiosas pistas sobre el emocionante combate por venir. Ambos aguardaron el primer movimiento de los titanes.
¡Ahora, comiencen!
La señal fue dada. Shoto actuó de inmediato usando su mitad fría para crear un enorme glaciar que amenazó con enviar a Bakugo fuera de la zona.
Pero el temperamental rubio respondió con veloces y poderosas explosiones que comenzaron a desmoronar poco a poco aquel ataque de hielo. Su determinación resplandecía.
¡Todoroki comienza con todo desde el inicio!
En las gradas, Kioko y Midoriya observaban el desarrollo de la pelea con evidente nerviosismo. Aunque apoyaban a ambos estudiantes por igual, no podían evitar inclinarse sutilmente: Midoriya admiraba profundamente el talento de Bakugo, mientras que Kioko sentía un cariño especial por Shoto.
