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Mientras Kioko se preparaba en los vestuarios, por los pasillos del estadio corría el héroe profesional Kayko, mejor conocido como Brilliant.
Iba esquivando con agilidad a las personas, pues acababa de jugarle una broma al impaciente Endeavor y ahora huía de su furia. Con su agudo sentido de la observación, divisó algo a lo lejos y logró evitarlo de un salto.
Se trataba de Bakugo, que se había quedado completamente inmóvil al tener de pronto al poderoso Brilliant a sus espaldas.
—Lo siento, muchacho, no era mi intención asustarte.— Se disculpó el héroe con sincera pena.
Bakugo lo miró con los ojos bien abiertos, todavía sorprendido. ¡Ese era uno de los mejores profesionales del país! Sin duda, ese día estaba lleno de grandes sorpresas.
—¡Oh, pero si eres tú!— Exclamó Kayko inclinándose para ver mejor el rostro de Bakugo. —¡El chico de la promesa estudiantil! Vaya forma de ganarte rivales, jovencito.
Bakugo alzó una ceja, sorprendido de ver al refinado héroe número 3 comportarse de modo tan afable. Pero si era alumno de All Might, debía esperarse.
—Y ahora pelearas contra nada menos que Kioko.. ¿Quién lo diría?— Murmuró Kayko, meciendo las caderas con gracia. —Será un espectáculo imperdible. Te deseo suerte, estoy ansioso por ver lo que son capaces de hacer.
El joven Bakugo lo miró en silencio, sintiéndose intrigado. Sabía que Brilliant era uno de los mejores, y ahora se iba dejando un desafío flotando en el aire. Sus ansias de mostrar su poder solo crecían ante la perspectiva de su gran batalla.
...
La expectación era máxima en el estadio. Present Mic anunciaba emocionado:
¡El ganador de este combate pasará directo a la gran final! Sin duda será uno de los enfrentamientos más esperados.
En lados opuestos de la arena, Kioko y Bakugo aguardaban la señal, sintiendo el rugir ensordecedor de las gradas y los cánticos con sus nombres.
—¿Así se siente papá cada vez que sale al ruedo?— Murmuró Kioko para sí, invadida por una ardiente llama en su interior que nada tenía que ver con su habilidad.
Contra Bakugo, todo sería muy distinto a sus batallas previas. Su imparable poder de explosión prometía un desafío mayúsculo. Pero Kioko estaba decidida a darlo todo ante semejante adversario y público.
