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En la enfermería, Recovery Girl atendía con esmero las heridas menos graves de Kioko, aguardando a usar su don de curación.
—Fue sin duda un combate excesivamente explosivo.— Comentó con el ceño fruncido.
—¿Lo vio?— Susurró la peliazul con la mirada perdida en el techo. —Creo que me lucí un poco..— Intentó reír pero sólo salió un quejido.
—Si llamas lucirte a terminar casi inconsciente, sí que te luciste pequeña.— Replicó la enfermera con cariño. —Ahora descansa, que voy a curarte.
Le dio un suave beso en la frente, logrando arrancarle un hilo de sonrojo a pesar de su estado. Kioko cerró los ojos, confiando plenamente en que todo mejoraría bajo los cuidados de Recovery Girl.
—Gracias.— Musitó débilmente Kioko.
—No tienes que darlas, aunque ya no sirva de mucho.— Respondió con suavidad Recovery Girl, comenzando a sanar sus heridas.
—Aunque no falta mucho para que llegue tu escandaloso padre y acabe con este momento de paz.— Añadió con tono maternal.
En ese momento se abrió la puerta de la enfermería. Por ella entraron apresuradamente Kayko, seguido de cerca por All Might. Su rostro denotaba la gran preocupación que había sentido al ver en tal estado a su pequeña.
—¡Mi pequeña Kio!— Exclamó Kayko acercándose apresuradamente hasta quedar junto a su cama. Aunque se contuvo de abrazarla para no lastimarla.
—¿Te encuentras bien?— Preguntó All Might con genuina preocupación.
—Estaré bien pronto.— Respondió ella con una débil pero sincera sonrisa, mirando a ambos hombres.
—Sin duda diste una pelea espectacular allá afuera.— Corroboró Kayko, orgulloso. —Tanto tú como Bakugo elevaron mucho la vara. Fue una batalla memorable.
—Gracias papá.— Susurró Kioko con voz cansada.
—Muchachos, lo mejor será que den espacio a la paciente y la dejen descansar.— Intervino Recovery Girl en tono amable pero firme.
—¿De verdad nos echas ya?— Musitó Kayko con aire desolado.
—Vamos, toca mi corazón Toshi, me han dado hasta miedo estos adolescentes.. En mis tiempos yo no era así.— Aseguró con falsa inocencia.
Interceptaron sus miradas cómplices, conocedores de que el héroe exageraba para quedar bien ante su retoño.
—Claro, tienes razón.— Corroboró All Might.
—Es verdad eras aún peor que ellos.— Aclaró la anciana enfermera.
—¡No la escuches hija!— Exclamó Kayko cubriendo con gracia exagerada los oídos de la joven, quien sonreía divertida a pesar de su estado.
