ʙᴇɢɪɴɴɪɴɢꜱ

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ᴍᴜꜱᴜᴛᴀꜰᴜ 2:37 ᴀ.

Las frías calles de Musutafu estaban vacías a esas horas de la madrugada, donde incluso los más crueles villanos se encontraban resguardados de la delgada nevada que comenzaba a caer en la ciudad, pintando el paisaje de un blanco puro.

Fue en medio de ese paisaje, que un joven, con una camisa y un suéter mal puesto, caminaba a paso veloz por aquellas calles, a sus apenas catorce años, Todoroki Shoto sabía cuándo y cómo huir de aquel lugar que a pesar de darle un techo, no era su hogar, no lo sentía así.

Con el cabello revuelto y las mejillas algo rosadas de trotar, se sentó en un banco de un parque que encontró, tomando bocanadas grandes de aire.

Es...Estúpido viejo...Estúpida casa...Estúpido Natsuo, estúpido yo... — Hablaba con dificultad el bicolor.

— "¿Porque...? ¿Porque nunca nada salía bien?

¿Porque siempre tenían que grietarse?
¿Porque Natsuo no podía mantener la calma?
¿Porque siempre fuyumi lloraba?
¿Porque yo siempre arruino todo?"

Perdido en medio de sus pensamientos, no se dio cuenta que unos ojos plateados lo observaban a la distancia, intentando evaluar la situación, acercándose poco a poco.

"¿Es que acaso no podemos estar en paz?
¿Porque el viejo sigue arruinando todo?
¡No lo quiero cerca!
¡Lejos!
¡Lo quiero le...¡"

— ¿Se encuentra bien? — Pregunto una delicada voz, casi como un susurro cerca de su oreja, cosa que lo hizo asustarse y casi caer del banco.

— ¡Ah! ¿Que carajos...? — Miró hacía su costado, a la chica que ahora tenía sentada a su lado, a una distancia prudente. — ¿Quien diablos...?

— Note su dificultad para respirar a la lejanía, hiperventilación, también su desesperación al no poder dejar sus manos quietas y tironear de su cabello, podría relacionar eso con un principio de taquicardia por lo rojo de su rostro también, pero las posibilidades me indican ansiedad. — Hablaba tan rápido que a penas la entendía.

— Que... — Y es que no sabía cómo actuar ante una situación así, como reaccionar, estaba en blanco.

La observo bien en esos segundos.
Piel pálida, demasiado quizás, Cabello...¿Miel? ¿Castaño? ¿Rubio? No sabría decirlo, pero era un cabello largo, muy largo, cubría casi todo el rostro de la chica también, menos sus ojos...Él reconocía que su ojo derecho era metálico, duro, pero los ojos de esa chica...eran blancos, muy blancos, como la nieve que cada vez caía más de montones.

Llevaba un abrigo encima, algo viejo a su parecer, y un pantalón de pijama, la juzgaría, si no fuera porque lucía casi igual que ella, con aspecto de callejero.

— Me veo obligada a repetir mi pregunta, ¿Se encuentra bien? — Volvió a cuestionar, pero en su rostro no se notaba ninguna expresión.

— Ah...sí...lo siento...me perdí por unos instantes...— Respondió no muy seguro. — "Esta chica parece de mí misma edad, no puede ser un héroe, ¿Entonces?" — Se preguntaba por el inusual comportamiento.

— ¿Es decir que no necesita de ayuda?

— ¿Que? ¡No! ¿Porque iba a necesitar ayuda?

— ¿No...? Ah... — Se sorprendió al notar como las mejillas de ella se ponían algo coloradas, y por un segundo, juro que los ojos color nieve, tomaban una tonalidad más...dulce...Pero no pudo apreciar bien el color, pues ella acomodó su flequillo de tal forma que no se le viera el rostro. — Lo siento...pensé que necesitaba ayuda y...bueno quise intentar ayudar...pero bueno...lamento haber malinterpretado la situación, soy algo torpe comprendiendo situaciones y...— Fue interrumpida por el de ojos dispares, que se encontraba cada vez más confundido.

『𝙝𝙪𝙢𝙖𝙣』[ ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ x ᴏᴄ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora