『𝙝𝙪𝙢𝙖𝙣』[ ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ x ᴏᴄ ]

ᴛᴏ ʙᴇ ꜱᴛʀᴏɴɢᴇʀ

Aquí una pequeña referencia de lo que son los hilos de Ima, estos son los que uso con el nomu por ejemplo, pero suelen ser más delicados y finos.

Ahora si, disfruten el capitulo, algo corto para empezar con lo verdadero en el siguiente ;)

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『ʜᴜᴍᴀɴ』
[ ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ x ᴏᴄ ]

El sol regalaba sus últimos rayos, pintando el cielo de naranja, intensificandose en el reflejo de las olas que chocaban contra la playa.
En ese lugar se encontraban dos jóvenes tirados en el suelo mirando el cielo, con la respiración agitada, pero una sonrisa en la cara.

— Mañana... — tomo aire el pelirrojo. — Es el festival...

— Si...— haciendo lo mismo que su amigo, tomo una gran bocanada de aire para estabilizarse. — ¿Estás listo?

— Me siento preparado para todo ¿Tu? — se sentaron en la arena, más cerca de lo que estuvieron los primeros días de entrenamiento.

— bueno, llevamos practicando casi todo el mes, tengo en cuenta mis avances así que...— cerro los ojos y sonrió confiada, haciendo reír al de dientes de tiburón.

— ¡Esa es la actitud yoshida-chan!

Y es que se sentía alegre, por su progreso, como el de su amiga, sin podes evitar sentir ese pinchazo de orgullo en el pecho.

— Todo es gracias a kirishima-kun — le devolvió la sonrisa, sintiéndose cómoda con el ambiente. — siento que tengo más control sobre mi poder, había cosas que antes no sabía cómo controlar o lograr, pero ahora...se siente bien esto de tenerte a ti misma a raya.

— Me pone feliz verte así de confiada yoshida-chan, espero mucho de ti en el festival...— al decir lo último, se le borro un poco la sonrisa, recordando un suceso que había pasado hace unas semanas atrás. — yoshida-chan...

— ¿Si?

— Yo...lo siento...— Lo observó confundida, no recordaba nada por lo cual tenga que disculparse. — se que es tarde para pedir tu perdón y que incluso eso no servirá de nada pero quiero hacerlo...

— Eh...no entiendo de que hablas kirishima-kun.

— Sobre lo que dijo bakugo la última vez.

En ese momento comprendió, recordó que su amigo le había dicho algo al cenizo, pero este no le hizo caso.
Desde entonces, se había esforzado por no prestarle atención al muchacho que se sentaba inconvenientemente detrás de ella, viéndose obligada a tener que quitarse del camino varias veces porque ese caminaba sin importarle si estaba en el medio o no.