Capítulo O2

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A Jungkook no se le olvidaba fácilmente el aroma de alguien, y menos alguien tan particular como ese hermoso omega, de cabello rubio, que se cruzó en la puerta del baño, aunque se dió cuenta tenía algo más mezclado a su fascinante aroma. Era muy dulce y como si estuviera alterado, pero no sabía qué era. No fue solamente sus ojos verdes esmeraldas lo que los cautivaron, no, también su altura poco usual para un omega, su cabello largo y ondulado y sus piernas aparentemente infinitas.

Las luces seguían centelleantes, la gente seguía bebiendo, charlando y el mundo seguía girando, aunque afuera una tormenta invernal se estuviera por desatar, dentro nada afectaba. Jungkook pensó en todos los omegas ahí presentes en esa fecha tan especial y sintió tristeza en su corazón ¿Hasta que punto la necesidad influirá en sus decisiones? ¿Eran libres de decidir siquiera por ellos mismos el estar ahí? Dudaba.

Estaban los tres amigos en el mismo lugar desde que había llegado, cubiertos por las luces opacas. Hoseok miraba con deleite una omega con prácticamente nada de ropa, una copa en la mano y los ojos cielos dilatados. Namjoon hablaba con el beta barman y pedía otra ronda.

—Ya has visto alguna presa Kook —murmuró él alfa moreno. No era una pregunta, sino una afirmación. Su camisa con saco oscuro abierto dejaba a la visto parte de su pecho, justo donde la camisa estaba abierta un par de botones.

Jungkook gruñó en dirección a su amigo—. No son presas, Kim —le echó una mirada filosa, dejando su trago sobre la barra. Odiaba que alguien se dirigiera de esa manera hacia los omegas, odiaba.

—Lo sé, lo sé. Lo he dicho a propósito —se apuró a aclarar, levantando las manos y excusándose de todo. Jungkook desvió la mirada y volvió a su vaso. Paseó su vista por el lugar.

—¿Quién es? —preguntó Hoseok divertido, completamente ajeno al intercambio de los alfas.

—¿Quién es qué cosa? —Intentó no sonar agresivo, pero aparentemente así fue porque su rubio amigo se sorprendió por instante.

A lo lejos, una omega era llevada prácticamente a las rastras por un joven alfa. Jungkook no le daba más de 16 años, seguramente era su primer celo. Sintió pena por ella, pues los primeros celos de los alfas eran bastante agresivos.

—El o la omega que estás buscando —dijo, y lo miró con burla como si lo hubiera descubierto haciendo algo indebido. Jungkook por un instante se sintió así, esto no le gustaba y sentía que no iba a salir del todo bien.

—No es así Hobi —mintió—. No estoy buscando a nadie —le dió un trago largo a su bebida amarga. No era cierto, desde que se sentó busco con la vista al dulce omega. No sabía que quería, pero quería verlo. Necesitaba hacerlo.

En su pecho un ligero rumor.

Los minutos pasaban y el primero en desaparecer en una de las habitaciones privadas con una omega hermosa, alta y de cabello largo y oscuro, fue Hoseok. Jungkook y Namjoon rieron y negaron con la cabeza. Su amigo, la rubia teñida como solían decirle, les hizo una mueca divertida antes de desaparecer.

—Vamos Jeon —lo animó Kim, mirándolo divertido y con evidente bastante alcohol en sangre, mientras meneaba la cintura al suave ritmo de la música—. Es tu cumpleaños, no todos los días se cumplen 25 años.

—Ya lo sé, ya lo sé. Es que —hizo un sonido de exasperación—, No lo sé. No me siento cómodo, es todo esto. Yo...

—Tú tienes que conseguir un buen omega que te quite el mal humor. Por ahí quién te dice, conoces el amor de tu vida —le guiñó un ojo y bebió el resto de lo que tenía, ya levantando la mano y llamando al barman.

La barra era larga, y a parte de ellos dos, más adelante habían otros dos alfas con una omega cada uno, con las manos afianzadas sobre las caderas. El aroma de excitación de los alfas llegaban hasta el par de amigos, quienes desviaron la mirada cuando una mano se coló por debajo de la blusa de la chica.

burdel 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora