burdel 𐙚 kookmin.

Capítulo 18

Jungkook levantó una ceja, exhalando. Extrañamente sintió un peso en la boca de su estómago, y sabía bien por qué era. MinYoung estaba en la puerta, la hermana de Jimin. La hermana por la cuál tantas veces lloró por las noches, y por la que se le cortaba la voz al recordarla, como algo lejano, de otra época.

De otra vida. Que ahora había vuelto.

Instintivamente miró hacia el sector de las escaleras, tratando de percatarse si su rubio bajaba de ellas o no. Pensó qué hacer, entonces. Pensó en el tiempo que su propio detective privado estuvo esos meses buscando algún rastro o dato de la familia de su pareja, pero nada habían conseguido. Absolutamente nada, no pudo conseguir más allá de saber que se habían mudado de la casa donde se criaron y allí se perdía todo rastro.

Pero ella estaba aquí ahora, y Jimin arriba. Acostado en su precario nido improvisado, con sus veinte semanas de embarazo y amenaza de pérdidas por cualquier situación que le hiciera pasar estrés, pero entonces...

¿Qué hacer? ¿Cómo la chica pudo dar con ellos? ¿En su propia casa? ¿Era prudente avisarle a Jimin?

—Jungkook, ¿Se encuentra bien, señor? —llamó Chaewon. Chaewon era la beta ama de llaves de su hogar, lo había visto nacer y crecer a él y sus hermanas y hermano—. ¿Necesita algo? ¿Qué le digo?

Jungkook parpadeó. Tomó aire por la boca, y negó con la cabeza. Era algo que tenía que hacer él.

—Estoy bien, es... sólo...estoy sorprendido, nada más —la tranquilizó.

Ella asintió, todavía sin quitarle la vista de encima, no muy segura.

—¿Quieres que le diga que se retire? O que deje algún contacto, o.

—No, no, Chaewon, no lo hagas —la cortó, despacio. Se levantó, sintiendo el suave latido de Jimin pulsar a través del vínculo—. Hazla pasar, yo enseguida iré a recibirla. Y por favor, que Jimin no baje, necesito estar seguro que no viene por él para llevárselo o hacerle daño, no lo voy a permitir —lo último lo dijo más para sí que para la mujer.

Por supuesto, Chaewon asintió. Desapareció rápidamente por la puerta, y Jungkook se quedó sólo un momento.

Pensó en su hermoso chico, y todo lo que había sufrido hasta ese momento. No necesitaba más, pero tampoco era su decisión de si podía o no verla. Era de él, de Jimin, y de nadie más. Pero eso no quitaba que él pudiera asegurar el terreno de ante mano.

MinYoung lo estaba esperando en el living, un par de minutos después. Se bebió un vaso largo de agua, y se adentro a recibir a la alfa. Era alta, de pelo largo y castaño, puntas más claras. Había un parecido innegable con Jimin, de labios grandes.

Tenía un semblante serio cuando se acercó. Pero él no quedo atrás, también estaba serio.

—Buenos días —dijo, seguro, sin quitar la vista de los penetrantes ojos de la alfa—. Soy...

—Jeon —gruñó ella, grandes ojos inquisidores sobre él. Jungkook pensó en lo mucho que se parecía a Jimin—. Jeon Jungkook —se adelantó. El alfa le tendió la mano, pero ella no respondió el saludo. Estaban en medio del living—. Park MinYoung. ¿Dónde se encuentra mi hermano? ¿Lo tienes encerrado aquí? —directo al grano, pensó Jungkook. El ojiazul notaba la mirada asesina de la chica, y el ambiente se volvió más denso. El aroma de dos alfa luchando por dominar el terreno.

Jungkook retiró la manos, e intentó calmar a su alfa interno. No le gustaba nada que otra persona se dirija de esa manera a su compañero, por más que fuera la hermana de su omega. Él era su alfa.

—Antes de responder cualquier cosa, quiero saber cómo lo encontraste —Jungkook también gruñó. Ella aguzó la vista, era un poco más alta que él—. No te diré nada hasta saber si-