—¡Daehyun! —volvió a gritar Jimin desde el pasillo—. Es hora de levantarse, amor. Hay que ir al colegio —habló desde la puerta.
El chico se removió en su lugar, girando el rostro hacia su padre omega.
—Los gemelos todavía duermen —se quejó, limpiándose los ojos con sueño aún.
—Junghee y Jungho no irán hoy, están enfermos —le recordó—. Así que arriba, que tu padre está terminando el desayuno —Daehyun bufó por lo bajo, pero terminó saliendo de debajo de las mantas y haciendo lo que su padre le decía.
Jimin sonrió victorioso cuando lo vió dirigirse a paso lento hacia el baño. Fue en dirección a la habitación de sus gemelos, los cuales no habían tenido una buena noche por lo que se había mantenido en vela un buen rato.
Sonrió al pensar en sus tres hermosos hijos, Daehyun con tan solo diez años era un hermano mayor increíble. Atento, amoroso y preocupado por sus hermanos gemelos menores, de casi nueve años.
El tiempo parecía haber pasado en un abrir y cerrar de ojos, su familia si antes era unida ahora lo era mucho más. Los años habían asentado todo en su lugar, tanto con sus hijos, su alfa y toda su vida en general.
¿Había sido sencillo? En lo absoluto. Una sorpresa había sido enterarse que estaban esperando gemelos, lo supieron cerca de las dieciséis semanas de embarazo cuando se dejaron ver y escuchar claramente. Jimin había llorado en los brazos de su alfa un buen rato, de amor, de alegría y sorpresa y quizás porque no sentía merecer tanta felicidad. El cuidado y la crianza de tres bebés demandó mucho de ambos padres, momentos en los que no sabían si estaban haciendo bien, si iban por un buen camino. Uno lloraba, y lloraban los tres aunque por lo general eran bastantes tranquilos.
Al ir creciendo, Daehyun adoptó un rol bastante protector con sus hermanos aunque no se llevaban mucha diferencia de edad. Dedujeron que era muy probable que fuera un alfa, y Jungkook sentía orgullo por su hijo mayor. Va, lo tenía por todos y cada uno de su familia. Por su hermoso omega, por lo fuerte y valiente que fue siempre. Por sus hijos más chicos, ambos bastante terremotos pero que eran amante de sus padres y hermanos.
Abrió la puerta de la habitación de los gemelos, que todavía dormían en la misma pero estaban seguros que pronto cada quien querría la suya.
—Papi —Jimin sonrió hacia su bella Junghee, de unos hermosos ricitos como los suyos y ojos tan celestes como los de su padre.
—Hola, amor —se acercó a su hermosa hija, y se sentó con cuidado a su lado—. ¿Te sientes mejor? —preguntó cariñosamente, acariciando la extensión de cabello que enseguida fueron volando hasta su regazo. Sonrió.
Todos sus hijos eran cariñosos, y amorosos entre sí. Por supuesto, eso no quitaba las peleas y discusiones entre ellos, de eso estaba plagado. Pero el amor siempre flotaba entre todos ellos.
Ella asintió suavemente—. Un poquito —Jimin soltó un 'mmm' por lo bajo, y ella sonrió dejando ver la falta de algún diente.
—¿Pa? —la voz fina de Jungho le llegó, suave. Parecida a la de Jungkook, pensó. Jimin lo miró, y le sonrió también amoroso.
—Bebé, ven aquí amor —estiró sus manos hacia el chico. Tenía el pelo parecido al de Jungkook, pero más oscuro y unos densos ojos verdes como Jimin.
Jungho saltó de la cama, y se encaramó del otro lado de su padre, también recibiendo caricias de éste. Ambos hermanos, pronto pelearon por ver quién ocupaba más espacio en el regazo de su padre. El omega rió, acomodando cada cabeza para que ambos tuvieran sesión de caricias.
Estuvieron así un par de minutos, hasta una voz rompió entre ellos.
—¿Por qué nadie me ha llamado también? —se quejó Daehyun desde la puerta, mirando la pequeña reunión familiar. Se cruzó de brazos e hizo un puchero. Jimin sonrió, llamándolo con una manos.
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burdel 𐙚 kookmin.
RomanceJeon Jungkook es un alfa, fuerte y seguro, concurre una noche al burdel Petit Omega para culminar el día de su cumpleaños, casi obligado por su amigo de la vida, pero éste está seguro que es mala idea. Lo que no sabe, es que conocerá a un Omega de o...