burdel 𐙚 kookmin.

Capítulo 16

—¿Seokjin? —preguntó, sobre el murmullo y el omega inmediatamente se dió vuelta.

Seokjin, su amigo de noches largas y charlas interminables en el Burdel estaba ahí, justo frente suyo.

El nombrado giró. El omega estaba vestido con un traje gris al cuerpo, que dejaba ver su esbelta y marcada figura. Sus ojos avellanas lo buscaron enseguida.

Sus miradas se cruzaron, verde contra el marrón. La gente a su alrededor seguía moviéndose, bebiendo y hablando. Jungkook estaba pegado a su espalda, con los ojos puesto en su omega. Acechando, como un Halcón.

—¿J-Jimin? —murmuró él chico, quieto en su lugar sin poder creer lo que estaba viendo. Parpadeó, y un sonrisa fue apareciendo en su rostro—. ¡Jimin!

El ojiverde se acercó, con lágrimas en sus ojos. Seokjin fue su amigo durante años, nadie... absolutamente nadie más sabía por lo que había pasado en aquel lugar, salvo el omega. Si estaba vivo, también era gracias a él.

—¡No puedo cree, Jin! ¿Que haces aquí? —susurró el chico, cuando se soltaron del abrazo en el que se habían fundido. El aroma conocido hizo vibrar a Jimin de alegría.

—Jimin, Jimin, Jimin —negaba el chico—. Pensé que...te perdiste...te fuiste. Creí que —se detuvo. Lo miró con ojos entrecerrados, y sus orbes fueron directo a la marca en el cuello del ojiverde, sin disimular. Jimin rió entre dientes. Seokjin se tapo la boca con ambas manos—. No puedo creer ¡¿Quién fue el hijo de...?!

Jungkook miraba la escena desde un palmo por detrás de Jimin. Había notado la presencia del chico que era omega, pero eso tampoco lo mantenía tranquilo. Nadie haría daño a su omega ni a su cachorro.

—¡No, no! —dijo rápidamente, entendiendo la conclusión a la que había llegado, haciendo señas con las manos—. Nadie me llevó, Jin. Ésta marca es porque yo quise, me empareje por decisión mía, amigo.

Seokjin, por un momento, había pensado que la desaparición de su amigo tenía que ver con que quizás algún alfa lo había marcando sin que nadie se diera cuenta y se lo hubiera llevado. Había pasado semanas preocupado, cuando absolutamente nadie sabía nada de él o no le querían decir, tampoco. Es cierto, había pensado lo peor varias veces, el omega estuvo muy, muy, preocupado por su rubio amigo.

—No puedo creer. Estás emparejado y ¡Oh! ¡Jimin, ya se te nota la pancita! —chilló el chico, y Jimin sonrió avergonzado. Colocó su mano sobre el vientre, y sintió a su lado como Jungkook entrelazaban sus dedos con los suyo. No había nada como el calor de su alfa estando cerca.

—Si, ya pasé las dieciocho semanas. Estoy enorme —hizo un puchero, y Jungkook le besó la frente—. Jin, quiero presentarte a Jungkook. Él es mi alfa, y el amor de mi vida —dijo, colorado de pies a cabezas. Jungkook hincho el pecho de orgullo por lo dicho por su omega—. Kook, amor. Él es Seokjin, es mi amigo hace mucho tiempo —lo presentó.

Jungkook le tendió la mano y Seokjin lo saludó con una sonrisa blanca en su rostro, y ojos que lo escaneaban de arriba a abajo. El alfa hizo lo mismo, lo inspeccionó unos segundos y luego asintió hacia Jimin.

—Bebé, pronto será el brindis y te quiero que estés conmigo —susurró el alfa, bajo la atenta mirada de Seokjin—. Hay que buscar a mis padres.

—¿Me podría retrasar un ratito, Kook? —lloriqueo el omega—. Quiero hablar con mi amigo un poco, alfa —rogó, y Jungkook creía que era el ser más hermosos de todos.

—No necesitas mi permiso, Minnie. Yo voy a estar saludado a unos amigos ¿Si? —contestó, besó la mejilla del chico—. Voy a estar por allí, cualquier cosa me avisas. Por favor, amor —suplicó. Jimin asintió, y vió como su alfa se perdía entre la gente hacia un semicírculo no muy lejano a ellos.