Después de esa noche, todo se había vuelto un poco más...íntimo. Y extrañamente se sentía tan bien, correcto y familiar que los descolocaba a ambos por momentos.
Dos días pasaron luego de eso, y Jimin la segunda noche volvió a presentarse en la habitación de alfa haciendo la misma pregunta. La tercera, cuando Jimin iba para su propia habitación Jungkook lo tomó por la cintura desde atrás con suavidad y lo invitó a dormir con él.
Y ahora estaban allí, bajo las mismas frazadas compartiendo calor corporal. Luz tenue entraba desde el pasillo en un delgado haz de luz que no llegaba hasta donde estaban ellos.
Frente a frente estaban, mirándose. Jimin, a pesar de ser más pequeño que el alfa, se sentía completamente más pequeño ante las caricias del mayor le daba. Jungkook lo estaba tocando con delicadeza el rostro, arrastrando las yemas de sus dedos por su suave piel, haciendo pequeños círculos mientras estés suspiraba bajito.
El ambiente era tranquilo, relajado. El dulce aroma de Jimin inundaba los sentidos de alfa, y le gustaba. Le gustaba tanto, que respiraba con fuerza para sentirlo por completo. Su piel picaba en cada inspiración, llenándose todo del omega.
Jimin acariciaba el brazo desnudo del alfa, mientras mojaba sus labios con su lengua.
—Eres el omega más hermoso de todos —susurró el alfa, a penas. Como en un secreto en entre ambos—. Jimin, tu aroma es tan delicioso, irresistible.
Jimin agradeció que no hubiera luz, porque estaba colorado hasta más no poder.
—G-gracias Kook —murmuró, aceptando la caricia en su cuello. Ronroneó—, y tu el alfa más bueno que conocí nunca, el mejor. Me agrada estar contigo, así —aseguró, con voz temblorosa.
Éstos días, durmiendo en los brazos fuertes de alfa, con su nariz enterrada en el pecho y amaneciendo abrazos e impregnado del aroma del otro les hizo darse cuenta a ambos que había algo más. Que no eran simple conocidos compartiendo un lugar y un espacio. Había algo más allí, latente y que ninguno se animaba a decir por miedo a la reacción del otro.
—¿En serio? —el pecho del alfa se hinchó de orgullo al oír eso del omega. De su omega, Jungkook estaba seguro de eso—. ¿El mejor? —preguntó, con ilusión. Jimin asintió, riendo a penas, avergonzado—. Nunca me has dicho eso antes Jimin, y a mí también me gusta estar aquí contigo, así —confesó, recorriendo el hombro del chico hasta llegar a su mano y así entrelazar sus dedos—, cerca tuyo.
—Sí —asintió, una sensación recorriendo su columna vertebral gracias a la suave voz del alfa. Suave, y determinada—. El mejor alfa. Nunca nadie me brindó tanto sin pedirme nada a cambio...nada de...de sexo —se encogió de hombros—. Todos los alfas en mi vida me han buscado por eso, no sé dar otra cosa, no tengo otra cosa que ofrecer —admitió, con la voz tomada.
—No, no, no digas eso dulce omega. Por favor —se acercó más al chico, cada que lo sentía triste su intento le incitaba a estar más cerca, todo lo que podía. Temía que en un futuro cercano no pudiera estar alejado del hermoso rubio—. Estoy seguro que tienes mucho para dar, pequeño omega —Jimin también se acercó, estando a un palmo de distancia. Tembló de gusto con tierno apodo.
—¿Eso crees? —preguntó, con el corazón acelerado por la cercanía, el calor del alfa y su fuerte y conocido aroma.
—Por supuesto que sí —aseguró—. Yo siempre te respetaré, siempre. Y si hasta ahora no he intentado nada contigo, es porque tengo respeto y quiero que te sientas cómodo alrededor mío, y no que creas que busco algo a cambio. Por eso trato de contenerme.
La respiración se le cortó al omega. La misma de Jungkook le acariciaba el rostro, con aroma a café y menta.
—¿Ehm...tu te.. te contienes...? —preguntó, un poco aturdido por la confesión del mayor—. Digo, si yo quisiera...
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burdel 𐙚 kookmin.
RomantikJeon Jungkook es un alfa, fuerte y seguro, concurre una noche al burdel Petit Omega para culminar el día de su cumpleaños, casi obligado por su amigo de la vida, pero éste está seguro que es mala idea. Lo que no sabe, es que conocerá a un Omega de o...