Un pequeño rubio de 6 años de edad estaba enojado creando explosiones que llamaron la atención de una persona físicamente parecido a él pero a diferencia de tener el cabello de color salmón y una cicatriz en el frente de su rostro.
Se acercó al menor para ver que le sucedía, todos los animales que habitaban en el bosque estaban escondidos muertos de miedo. Menos su mascota, un dragón rojo que estaba arriba de un árbol.
—¿Qué sucede pequeño?—se acercó y se paró delante de este.
Pero el pequeño lo fulminó con la mirada, esos ojos carmesíes eran más rojos de lo normal, cualquier persona que lo viera correría de temor.
—Mi padre—respondió con furia—quiere que vaya a conocer a mi futuro esposo.
El mayor solo soltó una risilla. —Ya encontró al candidato, no esperaba menos de mi hermano.
—Yo no me quiero casar con un desconocido.
—Por eso mismo irás a conocerlo, ya no será un desconocido.
—¡No quiero! ¡Me niego!—volvió a crear una gran explosión en el aire.
—Sí continuas así quemarás todo el bosque.
—Sí tan solo te hubieras casado antes que mi papá y su hubieras tenido un hijo, yo no estaría así—reclamó.
—Tu papá conoció al amor de su vida antes que yo, así que no te enojes conmigo por ser el tío soltero—revolvió su cabello.
El pequeño quito su mano bruscamente mientras lo miraba molesto.
—No pienso ir a conocer a nadie—se cruzó de brazos dispuesto a quedarse ahí.
—¡Katsuki! ¡Katsuki!—gritaba una voz femenina—¡¿Donde diablos estas mocoso?!
El pequeño rechinó los dientes, sabía que a la única persona a la cual no le podía ganar, era a su mamá. El mayor solo rio por lo bajo, ahora si el menor tendría que ir a la fuerza.
En eso aquella mujer rubia apareció detrás del menor para meterle un golpe en la cabeza.
—Aquí estás mocoso. Vete a cambiar que debes estar presentable para conocerlo.
—Ya dije que no iré—se sobaba en el área donde su mamá lo golpeó.
—¿Cómo de que no irás?—volvió a darle otro zape.
Y así empezó una pelea, el pequeño esquivaba la mano de su mamá mientras ella trataba de darle un zape.
—Mitsuki—dijo interrumpiéndolos—¿tú ya conoces al pequeño?
—No, Masaru tuvo una reunión con el papá del omegita, pero dice que es un niño muy lindo—respondió dejando en paz a su hijo—la idea de Masaru era comprometerlo con el hermano mayor, pero en cuanto cuando vio al pequeño aseguró que este mocoso—le dio un zape ya que se encontraba distraído—caería ante los encantos.
—Dije que no. A puesto que es un niño feo—se cruzó de brazos.
—Vámonos—lo cargo para llevárselo, pero este intentaba zafarse de los brazos de su mamá aunque sabía que sería en vano.
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Más tarde se encontraba caminado con sus papás en dirección donde estaban citados, este tomaba la mano de su papá mientras maldecía internamente. Su tío Kudou también los acompañaba a diferencia que este venía a 2 pasos detrás de ellos.