ESPERANZA

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SAMIRA & ADAM
❤️‍🩹



Samira perspective

Samira terminó su oración con una plegaria silenciosa en sus labios, pidiendo a Dios ayuda para enfrentar su enfermedad

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Samira terminó su oración con una plegaria silenciosa en sus labios, pidiendo a Dios ayuda para enfrentar su enfermedad. Con el corazón lleno de esperanza y determinación, se levantó del suelo de su habitación y encendió su ordenador. Durante años, la enfermedad había ido empeorando gradualmente, y el último año había sido particularmente preocupante para ella. Recordó la promesa que le hizo a su difunta tía de buscar ayuda y nunca perder la fe.

Con una sonrisa de determinación en su rostro, Samira comenzó a buscar en línea opciones de tratamiento para su enfermedad. Después de una exhaustiva búsqueda, encontró un hospital a 40 minutos de su casa que ofrecía un programa de tratamiento especializado. Con un suspiro de alivio, murmuró "bismillah" y se dispuso a vestirse.

Samira eligió un Khimar rosa pastel y un chaleco negro, combinando la modestia con la elegancia. Con las llaves de su coche en la mano, se preparó para enfrentar el día con valentía. La arquitectura, su pasión de toda la vida, había quedado atrás debido a su enfermedad, pero seguía adelante gracias a la ayuda financiera que recibía.

Mientras conducía hacia el hospital, el corazón de Samira latía con fuerza en su pecho. A medida que se acercaba a su destino, una mezcla de miedo y esperanza la invadía. ¿Podría este hospital ofrecerle la ayuda que tanto necesitaba? Samira se aferraba a la esperanza mientras continuaba su viaje hacia un futuro incierto.

Samira entró al hospital con la mente llena de esperanza, pero también con un ligero temor que se reflejaba en su mirada mientras se dirigía hacia la recepcionista. La mujer detrás del mostrador la escuchó atentamente mientras explicaba su situación, y con amabilidad la envió a la sala 4 para esperar a ser llamada.

La sala de espera estaba tranquila, solo interrumpida por el suave zumbido de las luces fluorescentes. Samira se sentó en una silla de plástico, con las manos temblando ligeramente mientras esperaba con impaciencia a que la llamaran. Sacó su teléfono del bolso y jugueteó nerviosamente con él, tratando de distraerse de los pensamientos inquietantes que rondaban por su mente.

Después de lo que parecieron ser una eternidad, pero que Samira calculó exactamente en 12 minutos, un joven doctor salió de una de las salas y se dirigió hacia ella. El corazón de Samira dio un vuelco cuando lo vio acercarse, preguntándose qué noticias le traería.

El Dr. Amin, con un tono serio pero amable, leyó el nombre en la carpeta de Samira y la invitó a seguirlo hacia su consulta. Samira se puso de pie con nerviosismo y lo siguió, tratando de mantener la calma mientras caminaban por los pasillos del hospital.

La consulta del Dr. Amin estaba iluminada por la luz suave de una lámpara de escritorio, creando una atmósfera tranquila pero tensa. Samira tomó asiento en una silla frente al escritorio del doctor, sintiéndose pequeña e indefensa bajo su mirada penetrante. El la miraba fijamente inspeccionando cada una de las facciones en la cara de Samira.

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