SAMIRA & ADAM
❤️🩹Karim perspective
Desperté temprano como siempre para rezar y agradecer a Dios por Samira, mi esposa increíble. No podía dejar de pensar en la suerte que tenía de estar con ella, así que decidí darle una sorpresa hoy. Quería hacer algo especial para mostrarle cuánto la apreciaba.Después de rezar, me dirigí a la cocina para tomar un café. Mientras lo hacía, una idea se me vino a la cabeza: ¡llevar a Samira a la playa! Sabía cuánto le gustaba el mar y pensé que un día relajante sería perfecto. Así que, sin perder tiempo, llamé a las sirvientas y les pedí que prepararan las maletas con todo lo necesario para un día en la playa. "Asegúrense de incluir todo lo esencial y recuerden que el vestidor está en otra habitación," les dije. Ellas asintieron y se pusieron manos a la obra.
Luego, fui a ver a la cocinera. "Quiero que prepares un desayuno romántico para Samira," le pedí. Ella sonrió y comenzó a preparar una bandeja con frutas frescas, croissants y jugo de naranja.
Mientras la cocinera trabajaba, subí al dormitorio para despertar a Samira. Entré y me acerqué a la cama. Ella dormía plácidamente, así que me agaché y le susurré al oído, llamándola suavemente. "Samira, amor, despierta. Tengo una sorpresa para ti."
Ella abrió los ojos lentamente, parpadeando mientras se despertaba. Al verme, sonrió. "Buenos días," murmuró.
"Buenos días," respondí. "Te he preparado algo especial. Vamos a desayunar juntos."
La ayudé a sentarse y coloqué la bandeja de desayuno en su regazo. Nos sentamos juntos en la cama, disfrutando del delicioso desayuno y de la compañía mutua. Reímos y hablamos de cosas triviales.
"¿Qué planeas para hoy?" me preguntó entre bocado y bocado.
"Eso es una sorpresa," respondí, guiñándole un ojo. "Solo puedo decirte que te va a encantar."
Después del desayuno, la ayudé a vestirse. Mientras ella se preparaba, fui a asegurarme de que todo estuviera listo para nuestro viaje. Las maletas ya estaban empacadas y cargadas en el coche. Volví al dormitorio y encontré a Samira terminando de arreglarse. "¿Lista para tu sorpresa?" le pregunté, extendiendo una mano hacia ella.
Ella asintió, tomando mi mano con una mezcla de emoción y curiosidad. "Lista," dijo.
Salimos de la casa y nos dirigimos al coche. Samira miraba a su alrededor, claramente intrigada por lo que habíamos planeado. "¿A dónde vamos?" preguntó finalmente, incapaz de contener su curiosidad.
"Lo verás en un momento," respondí, sonriendo mientras conducía.
El viaje hacia la playa fue agradable. El cielo estaba despejado y el sol brillaba con fuerza. Samira se quedó mirando por la ventana, disfrutando del paisaje.
Finalmente, llegamos a nuestro destino. Aparqué el coche y me volví hacia ella. "Hemos llegado," anuncié.
Ella miró a su alrededor, sus ojos brillando con emoción cuando se dio cuenta de dónde estábamos. "La playa," susurró, su voz llena de alegría.
"Sí," respondí. "Pensé que podríamos pasar el día aquí, relajándonos y disfrutando del mar."
Salimos del coche y nos dirigimos a la arena. Había preparado todo lo necesario para un día perfecto: toallas, sombrillas y una nevera llena de refrescos y bocadillos. Samira se quitó los zapatos y dejó que la arena cálida se deslizara entre sus dedos. Su sonrisa era contagiosa, llenándome de una alegría inmensa.
Pasamos el día nadando, tomando el sol y disfrutando de la compañía mutua. Samira parecía más relajada y feliz de lo que la había visto en mucho tiempo. La playa era su lugar feliz, y me alegraba haberle dado este día especial.
Por la tarde, mientras el sol comenzaba a ponerse, nos sentamos juntos en la arena, observando el hermoso espectáculo de colores en el cielo. "Gracias por esto, Karim," dijo Samira, recostándose contra mí. "Es el mejor día que he tenido en mucho tiempo."
"Me alegra que lo hayas disfrutado," respondí, abrazándola con fuerza. "Te mereces esto y mucho más."
Nos quedamos allí hasta que el sol se escondió por completo, disfrutando de la tranquilidad y de la belleza del momento. Luego, recogimos nuestras cosas y nos dirigimos de vuelta al coche.
El viaje de regreso fue tranquilo y relajante. Samira se quedó dormida poco después de que empezamos a conducir, una sonrisa de satisfacción en su rostro. La observé por el retrovisor, sintiéndome agradecido por tenerla en mi vida.
Llegamos a casa y la ayudé a entrar. "Vamos a descansar," le dije. "Ha sido un día largo."
Ella asintió, demasiado cansada para responder. La llevé a nuestra habitación y la ayudé a acostarse. Mientras se acomodaba, me quedé mirándola, sintiéndome más afortunado de lo que podía expresar con palabras.
"Te amo, Samira," susurré, aunque sabía que ya estaba dormida. "Gracias por ser parte de mi vida."
Me acosté a su lado, sintiendo una paz profunda y duradera. Cerré los ojos, agradeciendo a Dios por este día perfecto y por la mujer increíble que tenía a mi lado..
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Hola, he vuelto pero he cambiado los diálogos y las narraciones, os gusta más así o como antes?
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LATIDOS SINCRÓNIZADOS
RomanceUna enfermedad que no tiene cura, pero se supone que ¿el amor lo cura todo no? ¿Podrá curarla?