Capítulo extra: Las tres novias.

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Con la boca abierta, Alucarda miraba aterrada la solicitud de trabajo de Clara.

—¿Es una broma? Debe ser una broma, estás jodiendo. ¿Universidad? Pero tienes...

—Eh, si, solo adelanté unos años en primaria y secundaria, y uno más en... No es la gran cosa.

—¡Carajo! Acabamos de pervertir a una genio, no podré vivir con esto.

—Cálmate —dijo Kuromo, sentada en un escritorio junto a la chica, con Clara al frente mirándola con una sonrisa. 

—Si es por el dinero, —proseguía Alucarda— con una carrera puedes conseguir mejor paga, niña. Si lo haces por el sexo, podrías pagar la membresía. Yo misma te haré un descuento en el club y el burdel. No desperdicies esto, no te lo perdonaré.

—¡No es necesario! De cualquier forma, nadie me contrataría a mi edad. Ya lo pensé y prefiero pasar un tiempo aquí antes de trabajar en mi carrera. 

—Bueno... Supongo que, no eres la única con estudio superior trabajando aquí. ¿No es verdad, Doctora Kuromo?

—Cállate, Alucarda, y termina el papeleo. Es un gusto tenerte de vuelta y de forma oficial, muñequita. 

—Me encanta volver aquí. Por cierto, Alu. Muchas gracias por el departamento, lo dejaré limpio cuando me vaya.

—No te preocupes niña, te dije que es un placer ayudarte. Bien, ¿seguirás siendo Sunshine o prefieres cambiar de apodo?

—Me gusta Sunshine.

—Oye, aquí pusiste las opciones que involucran contacto sexual. Necesitas una pareja única y tomar varias responsabilidades. No importa que no sea tu pareja sentimental, solo que...

—De hecho, ¡conseguiré dos parejas!

—¿Qué? ¿Esas dos te aceptaron?

—Aún no. Me voy a declarar esta tarde. Quería tener primero el trabajo.

—Ah, todavía sueñas demasiado, muñequita.

—Niña, —dijo Kuromo— si me consigues un trío como espectáculo, les subiré el sueldo a las tres.

—¡Hecho!

—Y no creas que seré más blanda. Harás lo que te diga, tendrás actos más sucios y trabajarás todo el día cuándo te lo diga, niña. ¿Estás de acuerdo?

—Solo haré lo que dice mi contrato, señora Kuromo.

—Así me gusta. Comienzas en una semana. Ten, las tres deben firmar esto y traer lo que pide. Y, Clara, bienvenida. 

—Bienvenida de nuevo, Clarita.

—Muchas gracias. Kuromo, Alu.

—¡Ama Kuromo, niña estúpida!

—Je, ¡hasta luego, jefa! 

—Al final no te equivocaste con ella —mencionó Alucarda una vez que salió Clara. 

—Es bueno saber que todavía lo tengo. ¿No es así, señorita: soy gay y no me interesan las mujeres como tú?

—¡Deja de molestar!

—Cuida a esa chica de todos modos. 

—Así lo haré. 

Clara salió y permaneció esperando afuera hasta ver a Pretty y Hanabi salir del bar. 

—¡Sunshine!

Hanabi corrió a toda velocidad para abrazarla y se arrojó sobre ella. 

—¡Amigas!

Muñequita de vitrina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora