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— ¿Cómo les va en la escuela? —preguntó la mujer. Minho, como había predicho, no podía hacer más que sentirse nervioso e incomoda frente a Yoonah. La madre de Jisung los miraba como si los evaluara y buscara el momento adecuado para atacarlos, como un animal a su presa.

Pensaba que cuando cometiera cualquier error todo se iría a la mierda. Tenía que actuar normal en esa cena. No dejar ganar a sus nervios y fingir que todo estaba bien.

—Bien, no tengo las mejores calificaciones del salón, pero son decentes. Es decir, no me quejo, mamá no me presiona, pero eso no quiere decir que no me importan.

—Ya veo, me parece bien, la educación es importante, pero... ¿por qué estás tan nervioso? —Yoonah sonrió de forma astuta. —No voy a comerte.

—No, para nada, no estoy incómodo, es sólo que tengo un poco de frío —respondió Lee esperando que ella le creyera, parecia que no.

Jisung pasó un brazo detrás de la espalda de Minho, sorprendiendo al mayor.

—Vayamos a mi cuarto, te prestaré algo abrigado. Pasa la noche aquí, es tarde para que regreses a casa.

—¿Aquí? —preguntó Lee.

—Claro —Jisung sonrió al responder como si hablara de algo obvio —. Ni que fuera la primera vez que dormimos juntos —Han le guiño el ojo de forma coqueta.

—Eso fue antes de que tu madre supiera de lo nuestro —le dijo tratando de no delatarse a si mismo, ni frente a la madre, ni frente a Jisung.

Dormir juntos, en realidad sonaba obsceno en esa escena. Se avergonzaba de solo pensarlo.

—No se molesten por mi —declaró la mujer. Era obvio que solo les seguía la corriente, en realidad ella seguía sin creer en su relación.

—Gracias madre —Jisung miró a Minho a los ojos y volvió a mostrar una sonrisa que enmarcaba sus blancos y alineados dientes —, ves, no hay ningún problema. Mamá está de acuerdo.

El más jóven dirigió su mano derecha a la barbilla de Minho y se acercó para darle un ligero beso. Toda la acción, frente a su madre.

Se apartó y sonrió de nuevo, esta vez, sin mostrar los dientes. Luego lo beso de nuevo, y esta vez Minho fue más participativo. Tal vez, por la presión de Yoonah, o tal vez, por sus propios deseos.

Cuando la mujer tosió de forma incómoda, ambos se apartaron. Tenian las mejillas calientes y sonrojadas. Ni siquiera era la primera vez que se besaban.

¿𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝘂𝗮𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗯𝗲𝘀𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗿 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora