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No todo era felicidad después de las declaraciones de amor. Han lo supo rápidamente. Había revelado sus sentimientos a Minho, su amigo de la infancia y el chico que le gustaba: contra todo pronostico, fue correspondido, pero eso no cambiaba la estúpida situación en la que su madre estaba decidido a comprometerlo con Ryujin.

Por otro lado, Ryujin no mostró ningún tipo de negativa al compromiso, a Jisung no le parecía raro, se consideraba a si mismo un buen partido. A Han no le quedo otra opción que organizar una cita con Ryujin, ella le respondió de forma positiva apenas le había mandado el mensaje en el chat.

Es por eso que se reunieron en una cafetería cercana al centro escolar después de las clases, ella tenía el cabello recogido, lo que la hacía ver más alta y acentuaba sus rasgos femeninos. Ryujin también sería un buen partido para cualquiera, era inteligente, bonita y con mucho carisma.

— ¿Qué es lo que querías decirme? —preguntó después de que ordenaron sus bebidas, ella una malteada de fresa, él una de vainilla.

Jisung trato de no parecer incómodo antes de preguntar: —¿Por qué no has dado tu negativa sobre el compromiso?

Ryujin pareció sonreir de forma timida y se acomodó un mechón invisible de cabello detrás de su oreja.

—Bueno, no me desagradas Jisung, así que, no tengo problema.

—Pero soy gay —Jisung pensaba que no debía aclarar algo que era ya conocido por casi todos en la universidad; sin embargo, aún así lo hizo.

Ryujin volvió a reír pero está vez de forma burlona.

—Tu madre está segura de que eso es mentira, ella dice que no te desagrado pero estas fingiendo toda esta situación sólo para llevarle la contraria. Lo llamó algo así como, tú etapa rebelde. Y esta bien, todos pasamos por algo como eso, cuando recuperes la razón, sé que vendrás a mi.

Ella parecía bastante segura, ¿Qué es lo que necesitaba hacer para que su madre y Ryujin creyeran que de verdad amaba a Minho?

Tener sexo frente a ellas estaba fuera de discusión, así que se levantó del asiento molesto.

—Eso es una tontería Ryujin, incluso aunque no fuera gay, que si lo soy y estoy enamorado de Minho, no estaria contigo, porque no me gustas.

No tenia intenciones de lastimarla, pero si no dejaba las cosas claras, la licuadora de sus problemas seguiría batiendo y revolviendo todo.

Ella abrió y cerró la boca sorprendida. Parecía que en cualquier momento lloraría así que decidió retirarse dejando un billete en la mesa.

¿𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝘂𝗮𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗯𝗲𝘀𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗿 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora