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Capítulo 6: Lluvia.

Nora.







Me despedí de Gabriel y Bárbara con una sonrisa de agradecimiento antes de dirigirme hacia mi casillero personal para recoger mis pertenencias. Guardé cuidadosamente la camiseta del Real Madrid que me habían dado y tomé mi bolso, asegurándome de tener todo lo que necesitaba para el camino de regreso a casa.

Al salir del edificio, abrí la puerta principal y noté que el sol había desaparecido entre las nubes, creando un ambiente más sombrío y amenazante.

Un escalofrío recorrió mi espalda cuando tuve el presentimiento de que iba a llover. Justo cuando empecé a caminar, las primeras gotas comenzaron a caer, convirtiéndose rápidamente en una lluvia intensa.

Apresuré el paso, buscando refugio bajo los árboles cercanos mientras el cielo se oscurecía aún más. Me preguntaba cómo era posible que hace poco hacía un sol tremendo y ahora de repente comenzara a llover.

La lluvia caía con fuerza, empapándome poco a poco a pesar de mis esfuerzos por protegerme. Con cada paso, sentía el agua filtrándose a través de mi ropa, pero seguí adelante, decidida a llegar a casa lo antes posible.

Al salir del parking, me detuve en un semáforo en rojo que me obligaba a quedarme bajo la lluvia. La espera se hizo interminable mientras las gotas seguían cayendo implacablemente sobre mí.

─Esto no puede ir a peor ─murmuré para mí misma, sintiendo cómo el agua resbalaba por mi pelo y empapaba mi ropa.

Justo cuando pensaba que no podía mojarme más, un coche negro se detuvo frente a mí y bajó la ventanilla dejando ver a Vini.

─¿Nora?, ¿necesitas un ride? ─ofreció Vini, con una sonrisa amigable.

Al levantar la vista, vi su rostro a través de la lluvia y la ventanilla empañada.

─¿En serio? ─respondí, lo cual el asintió con la cabeza.

Entré en el coche, agradecida por su ayuda. Le di las gracias a Vini por su amabilidad y me disculpé por mojar un poco el asiento.

─Lo siento por el asiento, está completamente mojado ─dije con mientras me acomodaba en el asiento.

─No te preocupes, no hay problema ─respondió Vini.

Cuando levanté la vista después de acomodarme en el asiento, me sorprendió ver a Jude mirándome desde el asiento copiloto, con una sonrisa tímida en el rostro.

─Oh, vaya... ─dije, pasando una mano por mi pelo empapado─. Eh, hola de nuevo.

Jude soltó una risa suave, lo que me hizo sentir un poco avergonzada. Vini nos miró a los dos con una ceja levantada.

─¿Qué está pasando aquí? ─preguntó, pero negué con la cabeza nerviosa.

─Nada, nada... solo tuvimos un pequeño incidente ─respondí, tratando de restarle importancia al encuentro inesperado con Jude en el coche de Vini.

Jude asintió con complicidad, como si estuviera de acuerdo en mantenerlo como un pequeño secreto entre nosotros. Vini, por otro lado, parecía un poco confundido pero optó por no profundizar más en el asunto.

─Bueno, si necesitan ayuda con algo, aquí estoy ─dijo Vini con una sonrisa.

Le di mi dirección para volver la vista hacia la carretera mientras continuábamos nuestro camino hacia mi casa.

Me sentí agradecida por su amabilidad y también aliviada de tener compañía en ese día tan lluvioso. Mientras el sonido de la lluvia golpeaba suavemente el techo del coche, me relajé un poco más, sabiendo que pronto estaría en casa.

Cuando llegamos a mi casa, salí del coche y la lluvia había disminuido un poco. Agradecí a Vini por el viaje y me disculpé nuevamente por mojar el asiento y me despedí con un gesto de la mano.

─Gracias, Vini. Nos vemos pronto ─dije con una sonrisa, antes de cerrar la puerta del coche.

─No te preocupes, fue un placer ayudarte. ¡Nos vemos pronto! ─respondió Vini con una sonrisa.

Cuando me volví hacia Jude, nuestras miradas se encontraron y sentí un ligero rubor en mis mejillas. No supe qué decir, así que simplemente le dediqué una mirada nerviosa antes de girarme rápidamente hacia la puerta de entrada. Sin embargo, justo antes de entrar, me detuve y me volteé hacia él una vez más, sintiéndome un poco más valiente.

Hasta luego, Jude ─murmuré, con una sonrisa tímida, antes de entrar rápidamente en casa.

Una vez dentro de casa, me quité la ropa mojada y me envolví en una manta cálida. Mientras preparaba una taza de té caliente, no pude evitar sonreír al recordar el inesperado encuentro con Jude.

Sin embargo, en medio de mi sonrisa, una pregunta se abrió paso en mi mente: ¿por qué estaba sonriendo tanto al pensar en él? Después de todo, solo nos habíamos visto un par de veces y apenas nos conocíamos. Pero algo en su presencia me hacía sentir cálida y nerviosa al mismo tiempo, y eso era algo que no podía ignorar.










Jude.






Mientras Vini conducía hacia mi casa, el silencio en el coche era casi incómodo. De repente, rompió el silencio con una pregunta que me tomó por sorpresa.

Oye, Jude, ¿qué pasa entre tú y Nora? ─preguntó, lanzándome una mirada rápida.

Me quedé atónito por un momento, sin saber cómo responder. ¿Qué podía decirle? Apenas habíamos hablado unas veces y cruzado un par de palabras y ni siquiera nos conocíamos bien.

Entre Nora y yo... no pasa nada. Nos hemos hablado un par de veces, eso es todo ─respondí, tratando de sonar convincente.

Pero Vini no parecía convencido.

Hubo un momento, antes, cuando Nora estaba en el coche... Parecía que había algo más, ¿no crees? ─insistió, observándome con detenimiento.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda ante su observación aguda. Traté de mantener la calma y desviar la atención del tema.

Quizás fue solo tu imaginación, Vini. No hay nada entre Nora y yo, te lo aseguro ─respondí, tratando de ocultar mi nerviosismo mientras luchaba por encontrar una explicación lógica para lo que había notado mi amigo.



 No hay nada entre Nora y yo, te lo aseguro ─respondí, tratando de ocultar mi nerviosismo mientras luchaba por encontrar una explicación lógica para lo que había notado mi amigo

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Tropezando | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora