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Capítulo 15: Noche.

Nora.




Entonces voy a tener compañía esta noche ─dijo Jude con una risa suave.

Nos quedamos mirándonos el uno al otro por unos segundos sin decir nada, hasta que sentí mi teléfono vibrar en el bolsillo trasero de mi pantalón. Era Andrea quien me estaba llamando. ¿Acaso no era demasiado tarde para estar llamándome?

─¿Qué pasa, tía? ─contesté.

─Hey, no puedo dormir y pues te he llamado. ¿Estás ocupada? ─preguntó a través de la línea.

Miré hacia Jude, quien se acercó a su cama y se tumbó mientras miraba su teléfono.

─No, para nada, pero estoy en una situación un poco...

─¡¿Estás con Jude?! ─Andrea sobresaltó.

─No grites, que te va a escuchar ─susurré.

─Pero si no sabe hablar español, ¿qué me cuentas?

Miré hacia Jude de nuevo y, esta vez, me estaba mirando con una sonrisa mientras tenía el ceño fruncido.

He he, estoy hablando con mi amiga ─solté una risa incómoda antes de dirigirme al baño y encerrarme allí.

─¿Nora? ¡Nora! ─Andrea me llamó de nuevo.

─Sí, aquí estoy ─respondí en un susurro.

─¿Qué haces en la misma habitación que Jude? ─preguntó, claramente intrigada.

─No sé, me dieron una habitación y me encontré a Jude ─dije, aún sintiendo la sorpresa de la situación.

─Es una señal del destino ─dijo antes de empezar a reírse.

─Bueno, no voy a pasar toda la noche en el baño ─dije, y solté un bostezo por el sueño.

─Te dejo, pero mañana me cuentas todo, ¿vale? ─me amenazó.

─Sí, venga, adiós.

Colgué la llamada y solté un suspiro antes de abrir la puerta del baño. Salí y Jude aún seguía en su teléfono. Al verme, sonrió.

¿Todo bien? ─preguntó, levantando la vista.

Sí, solo una amiga ─dije, sonriendo débilmente mientras me acercaba a mi cama.

Bueno, si necesitas algo, aquí estoy ─dijo él, devolviéndome la sonrisa.

Me acerqué a mi cama y me dejé caer, sintiendo cómo el cansancio del día me invadía. Me acomode en la cama y cerré los ojos, ya me daba igual que Jude este en la misma habitación, solo quería dormir.












Jude.







Me desperté por un ruido muy desagradable. Ya era por la mañana. Me senté en la cama y miré hacia mi derecha, notando que Nora no se encontraba en su cama. La cama de Nora estaba hecha y la puerta del baño estaba abierta.

Me levanté y caminé hacia el baño, siguiendo el ruido que me molestaba. Al entrar, me encontré a Nora con un difusor mientras se secaba el pelo; sus rizos estaban recién definidos y se veían preciosos. Nora apagó el secador y me miró.

Lo siento por despertarte ─dijo, con una expresión de disculpa en su rostro.

Sonreí y me pasé una mano por el pelo.

No te preocupes ─dije, con la voz aún ronca por el sueño─. ¿Cómo dormiste?

Bastante bien, considerando todo ─respondió Nora, sonriendo tímidamente─. ¿Y tú?

Igual, aunque ese secador tiene un volumen impresionante ─dije, soltando una pequeña risa.

Nora rió también y dejó el secador a un lado.

Sí, lo sé. Intenté ser rápida, pero mi pelo toma tiempo.

Me apoyé en el marco de la puerta, observándola con interés.

Tus rizos se ven muy bien ─dije, con admiración genuina en mi voz.

Gracias ─dijo Nora, sonrojándose ligeramente─. Me esfuerzo bastante en cuidarlos.

Se nota ─dije, sin dejar de sonreír─. Bueno, voy a prepararme también. Vamos a bajar para desayunar.

Sí, claro ─dijo Nora, moviéndose para darme espacio─. Dejaré que te prepares.

Salió del baño y se dirigió a la habitación, buscando algo en su mochila. La observé un momento antes de cerrar la puerta del baño y comenzar a prepararme.

Mientras me duchaba y me alistaba para el día, pensé en lo extraña y cómoda que había sido la situación. A pesar de todo, Nora y yo habíamos manejado bien compartir la habitación. Quizás esto realmente era una oportunidad para conocernos mejor.

Cuando salí del baño, vestido y listo, encontré a Nora terminando de guardar sus cosas.

¿Lista para bajar a desayunar? ─pregunté, ajustándome el reloj en la muñeca.

Sí, vamos ─dijo Nora, poniéndose de pie.

Salimos de la habitación juntos y nos dirigimos al comedor del hotel. A pesar de la incomodidad inicial, ambos nos sentíamos un poco más cómodos en la presencia del otro. Tal vez Vini tenían razón; esta podría ser una oportunidad para conocernos mejor.


Los capítulos son cortos pero van a haber por lo menos cuarenta-cincuenta

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Los capítulos son cortos pero van a haber por lo menos cuarenta-cincuenta.

Tropezando | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora