Capítulo especial

93 0 0
                                    

Perspectiva de Murad

La noche de mi boda coincidió con la ceremonia nupcial de mi hermana, un día de celebración en el que me encontraba con una mujer que, a diferencia de las demás, llevaba sobre sus hombros el peso de la libertad y la responsabilidad como futura reina.

Al momento de levantar su velo, contemplé la belleza que se revelaba ante mis ojos, pero pronto me di cuenta de que detrás de esa apariencia se ocultaba un fuego ardiente, un poder de seducción que me envolvía sin remedio.

Después de aquella noche, cada amanecer me encontraba con ella, radiante en su bata, peinando su cabello dorado, saludándome con palabras de amor y preocupación. Sin embargo, conforme pasaban los días, me sentía cada vez más débil, como si su presencia consumiera mi fuerza vital.

Fue entonces cuando decidí confiar en mi hermana Ayşe, compartiendo con ella mis sospechas de envenenamiento. Juntos urdimos un plan para protegerme, probando cada bocado de comida antes de que yo lo probara, evitando así que el veneno tocara mis labios.

Pero mientras luchaba por mantenerme a salvo, también me di cuenta de las dobles intenciones de mi esposa. Sus encuentros frecuentes con su padre, sus intentos de mantenerme ocupado y alejado de los asuntos del reino, todo apuntaba a una agenda oculta que no podía ignorar.

A medida que continuábamos nuestra investigación, el imperio se sumía en una atmósfera de tensión y desconfianza. Motines en el ejército, crisis en el cofre real y secretos económicos desvelados, todo indicaba que algo siniestro se gestaba en las sombras del poder.

Mientras tanto, mi padre luchaba por mantener el equilibrio en medio del caos, pero sus manos parecían estar atadas por fuerzas invisibles que escapaban a su control. En medio de la tormenta, me encontraba yo, atrapado entre la lealtad a mi familia y la necesidad de proteger el reino de un peligro que amenazaba con destruirlo desde dentro.

Mi hermana a pesar de todo esto se encontraba muy radiante, le dolía la situación pero aparentemente el amor había tocado su puerta porque era evidente que estaba enamorada. De esto me di cuenta cuando vino a el Palacio.

-Querida hermana! -me levanté de mi asiento 

-Su Alteza -he hizo una pequeña reverencia con una sonrisa en su rostro y su criada Malhum, que bueno que estas dos se esten llevando bien- Como estas hermano? 

-Muy bien Sultana, hoy como andas diferente... a ver algo te hiciste- Mi hermana solía vestir de colores muy opacos, me sorprende que ahora cambie los colores de sus vestidos.

- Si, decidí cambiar un poco, sin embargo hay algo de lo que tenemos que hablar- reflejando en su rostro mucha preocupación-

No pude ignorar la belleza de Malhum, estaba radiante pero le indiqué con mi mano que se retirara.

Mi hermana se aseguró que saliera completamente de la habitación y tomó asiento en mi escritorio.

-Hermano el imperio es un caos, el ejercito esta sectorizado, los cofres reales tienen muy poco dinero, mi padre a pesar de ser el Sultan esta con las manos atadas, pero he conseguido algo que nos puede ayudar- mostrando entusiasmo en esas ultimas palabras.

-Ayse tu sabes que yo te escucho, habla- también tome asiento 

-He conseguido ganarme poco a poco la confianza de mi esposo, y me he dado cuenta que él no esta involucrado directamente con los asuntos de su padre. Necesitamos que él hablé acerca de lo que sabe, pero tienes que prometerme que no te alterarás con lo que te voy a contar.

-Dime que hago, no me voy a alterar. -Las palabras de mi hermana me dieron mucha curiosidad.

-Mi esposo es un buen hombre, es un musulmán devoto, trata con justicia a las personas, y es un hombre muy inteligente, le he ganado mucho aprecio, me duele hacer esto pero tengo una información sobre él que podemos usar para sacarle información.

Me quedé viéndole fijamente para que prosiguiera. 

-Mi esposo tiene un romance con otro hombre- Que? como que con otro hombre eso es una depravación -

-Esa es una acusación muy seria, como un hombre le podría gustar otro hombre? estas segura? 

-Te digo que sí, pero escúchame no te alteres, ni cometas ningún acto por impulso- me dijo mi hermana porque empecé a caminar de un lado a otro enojado, ¿Cómo es posible que mi hermana comparta el lecho con un depravado?

-Lo siento, no sabía por lo que estabas pasando -le doy un abrazo.

-Hermano, necesito que guardes ese secreto aún de nuestro propio padre, mi idea es que vayas a el lugar donde el se encuentra con su amante, y le chantajees, así y solo así lo tendremos entre la espada y la pared, porque no podrá pedirle ayuda a su padre ni a nadie, y si quiere vivir y no ser acusado ante el juez hará lo que le digas, pero todo esto sin que sepa que yo se esa información. El tiene que pensar que yo soy una esposa ingenua.

Consentí el plan después de discutir con mi hermana y así hice. Fuí a la universidad de medicina fingiendo una visita real a la institución, pedí ir al baño y de camino abrí una puerta en el momento que me indicó un espía infiltrado de mi hermana, y allí estaban, dos hombres besándose y toqueteándose. ojalá me pudiera arrancar los ojos.


Notas de la autora:

Esta perspectiva de Murat va a ser importante para la historia en futuro, y también para variar un poco, espero esten disfrutando la historia, es importante que sepan que aún sigo haciendo muchísimas correcciones.



Me enamoré de mi Sultana -COMPLETA- Girls Love HistoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora