La apuesta

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Negué con la cabeza lentamente. No quería lastimarla, pero si ella quería ser clara yo también tendría que serlo.

—¿Por qué haces esto, Julie? No está bien... —murmuré apesadumbrado.

—Ya te lo dije. Quiero que tengas claras tus opciones —sonreía, como si estuviera orgullosa de haber dicho todo lo que dijo.

—Es que ese es justo el problema, Jules. Que no hay "opciones". No estoy escogiendo entre Edythe y tú porque la única opción que he tenido siempre ha sido ella. Incluso cuando no estaba, seguía siendo ella. Te quiero y lo sabes, pero eres mi mejor amiga, no una opción.

—Eso es lo que tú crees.

—No es correcto que te le declares así a un chico que tiene novia. Yo respeto a Edythe, así que mejor me voy. Cuando regreses a la normalidad, me avisas —murmuré sintiéndome un poco molesto.

Mientras me daba media vuelta para irme me pregunté por qué Edythe me había dejado venir si sabía que esto iba a pasar, pero Julie me tomó del brazo con fuerza y me hizo volverme hacia ella.

—¡Espera!

—No vuelvas a agarrarme así —le espeté soltándome.

—Está bien, perdona, pero sólo escúchame un momento, ¿quieres?

—Ya escuché lo suficiente, nos vemos después, Jules —ni siquiera sabía cómo iba a irme, probablemente tendría que caminar.

—Beau, dime algo. ¿Quieres que me aparte de tu vida y no volverme a ver? ¿Eso es lo que quieres? —preguntó con los ojos brillantes y aun sonriendo.

Suspiré con frustración.

—Sabes que no. Te quiero en mi vida, pero si insistes en esto no sé si...

—Como sea —me interrumpió —. ¿Dime exactamente por qué me quieres en tu vida?

Lo pensé con cuidado.

—Porque eres mi amiga y lo paso bien cuando estoy contigo. Me haces falta cuando no estás y me hace feliz verte feliz. Pero no estoy enamorado de ti. Debes tener eso muy claro —le advertí.

—Da igual. ¿Así que no quieres que salga de tu vida?

—No.

—Entonces me quedaré en ella —se encogió de hombros y ensanchó su sonrisa.

—¿Eres masoquista? —le pregunté aún incómodo por el tema de conversación.

—Tal vez... —se acercó rápidamente a mí y trató de poner su mano en mi mejilla, pero reaccioné y me eché hacia atrás.

—Basta, Jules, compórtate —me quejé.

—No. Si me quieres en tu vida tendrás que aceptarme como soy, con mi mal comportamiento incluido —me sacó la lengua.

—Eres insoportable —le dije, frunciendo el ceño.

—Y tú eres un egoísta —contestó levantando las cejas.

Tenía razón. Si no fuera un egoísta le diría que se olvidara de mí y se alejara de mi vida. Mantener una amistad con ella la hería y aun así yo insistía en que siguiéramos siendo amigos. No contesté y ella aprovechó mi silencio para atacar de nuevo.

—No soy una persona que se rinde fácil, Beau, y no lo haré contigo. Será mejor que lo asumas de una vez.

—Entonces tú también debes asumir que no te servirá de nada. Yo la amo. Desde ese primer segundo en el que la vi en el colegio estuve completamente perdido. Ella es mi vida, compréndelo por favor —le rogué.

Eclipse (Versión Vida y Muerte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora