𝐌𝐇 | Cuando duermas durante la noche, en tu momento más indefenso, serás atrapado por algo que devorará tu alma como un animal invisible.
Kathleen Becker y su familia se mudan a una nueva casa. Pronto ella comienza a vivir sucesos paranormales, pe...
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3 DE AGOSTO 2015
Un ruido hizo que Kathleen se sobresaltará, casi un grito se escapó de su garganta, hasta qué vio la situación y todo su sistema se tranquilizó momentáneamente. Había una mano acercándose a la orilla de río, aparentemente una persona participante de la competencia había llegado hasta allí nadando tras hundirse su bote, o al menos eso creyó ella. Observó con atención desde su lugar como la persona parecía querer salir sin éxito. Parecía no saber nadar, pero milagrosamente había llegado hasta donde estaba ella.
La escena resultaba inexplicable. Una mano pálida se agitaba desesperadamente como si implorara socorro desde lo más profundo del río. La joven quedó paralizada por un instante, hasta que una suave brisa la hizo temblar y abrazarse a sí misma, recordándole que seguía en el bosque del colegio cerca de río, siendo la única persona que estaba presenciando como alguien parecía necesitar ayuda.
Ella era la única testigo de la súplica silenciosa que se desplegaba ante sus ojos.
Sin titubear, se lanzó hacia la orilla del río. A pesar del miedo provocado por aquella aparición trágica y repentina, llegó al borde del agua rápidamente y agarró la mano huesuda que emergía, tirando con todas sus fuerzas en un intento desesperado por rescatar a quien la necesitaba.
Pero lo que Kat no espero fue que esa fuerza se le volviera en su contra. Con violencia desmedida, fue arrastrada hacia las profundidades acuáticas sin siquiera tener tiempo de sentir miedo cuando ya estaba bajo el agua escuchando todos los sonidos de las afueras de manera más amortiguada y menos clara que en el aire.
Kathleen no sabía nadar.
Bajo el agua, los sonidos se distorsionaban en una cacofonía confusa. Lo único que podía escuchar claramente era la risa de una persona, probablemente de quién le causó apropósito su caída. Kat agitaba sus brazos en un intento desesperado de alcanzar la superficie, pero sus esfuerzos parecían inútiles, ya que cada movimiento la arrastraba más profundamente hacia abajo, en consecuencia de su desesperación. El pánico se apoderó de ella a medida que el oxígeno se agotaba y el agua invadía sus pulmones, ahogándola lentamente.
Estaba demasiado ocupada intentando salvarse que no escucho cuando la risa ajena se detuvo y en su lugar, un sonido extraño resonó a través del agua, deteniendo por un instante su tormento. En un momento de quietud, sus brazos se detuvieron ya cansados casi dándose por vencida, y en ese preciso instante, las mismas manos que le provocaron su caída, ahora la agarraron con firmeza, tirándola hacia arriba con una fuerza salvadora.
Los brazos ajenos la dejaron sentada a la orilla de río. Kathleen tenía los ojos cerrados y solo podía toser violentamente expulsando el agua traicionera que había llenado sus pulmones. Ni siquiera tenía tiempo de golpear a la persona que casi le provoca la muerte, en su lugar buscaba recomponerse, sin notar esos ojos encima suyo.
