𝟏𝟔 | drastic changes
6 DE OCTUBRE
Mudarse de hogar es una tarea complicada, no solo por los gastos que conlleva, sino también por el hecho de dejar atrás muchos recuerdos vividos en el lugar, al igual que amigos y demás vínculos. La experiencia de Kathleen fue especialmente difícil, ya que se mudó de Nueva York a Japón, un cambio drástico que la obligó a dejar atrás su vida completa, incluyendo a sus familiares más cercanos.
Aunque sabía que no perdía mucho más que su casa y sus comodidades materiales, la mudanza fue estresante y triste. Sin embargo, el verdadero problema no fue la mudanza en sí, sino la casa que sus padres eligieron en Japón. Sin saberlo, la casa estaba maldita, y su historia era oscura. Había estado en venta desde 1890, y ninguna familia había podido soportar más de dos meses antes de venderla de nuevo, escapando de la situación.
En 1890, la casa fue puesta a la venta después de un trágico incidente en el que un padre, sumido en la locura, asesinó a sus hijos y a su esposa antes de quitarse la vida. La noticia conmocionó a toda la ciudad de Tokio, y la casa se convirtió en un lugar de mala fama.
No era de extrañar que las personas que compraban la casa después de escuchar ruidos y movimientos extraños, decidieran huir sin mirar atrás. La mayoría de estos propietarios eran jóvenes con mentes abiertas, propensos a creer en lo que escuchaban, aunque no habían experimentado nada paranormal por sí mismos.
La casa, aunque antigua, era espaciosa y bonita, pero estaba condenada. Y, como si fuera poco, Kathleen tuvo que enfrentar un incendio que destruyó todo lo que poseía. Sus materiales de gran valor, atuendos favoritos, peluches, accesorios, zapatos y más, completamente quemados. Ya no quedaba nada. Lo había perdido todo.
Eso fue lo que pasó con Kathleen hace unos cuantos días atrás, después de haber soportado estar en esa casa monstruosa que, por romper la maldición, terminó encendiéndose en llamas. Ahora, ella debía empezar de cero, sin nada más que sus recuerdos y su determinación para seguir adelante.
────¡Te compré lindos atuendos! ¡Oh, y un peluche de zorro también!────Yeonjun entró en la habitación, cargando varias bolsas de compras. Kat, que estaba ordenando un cajón, se distrajo un momento y le indicó que dejara las bolsas en su cama, besándole la mejilla.
Después del incendio que destruyó su hogar, ella había aceptado la propuesta de su primo de vivir con él. La familia Becker se había mudado con los Choi, ya que su casa era muy espaciosa. Sin embargo, esto significaba que Kathleen y Beomgyu tendrían que compartir la misma habitación.
La habitación era un reflejo de sus personalidades opuestas. Kathleen era todo rosa, mientras que su primo era marrón y negro. Era como un cuarto de niños gemelos del sexo opuesto obligados a convivir.
────¡¿Por qué Gyu tiene tantos bóxers si casi siempre usa el mismo?!────chilló, guardando la ropa interior de el chico en el cajón. Era muy desordenado, y ella era la reina del orden, simplemente muy opuestos.
────¿Se pasea en ropa interior por la casa?
────Solo antes de irse a dormir────, se encogió de hombros la pelinegra.────El problema aquí es que no guarda los que están limpios.
Mientras guardaba la ropa, no podía evitar sonreír al pensar en las diferencias entre ellos. Era sabido que el castaño era un desastre, mientras que ella era una persona muy organizada. Pero a pesar de esas diferencias, se sentía agradecida de tener un lugar donde vivir y a alguien que cuidara de ella en ese momento difícil.
Después de todo lo que había pasado, Kathleen se sentía afortunada de tener a esas personas especiales a las que se volvió aún más unida una vez que llegó a Japón. En esto entraba la familia Choi y obviamente las amistades que había creado en el país, destacando una en específico; Yeonjun.
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𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑 𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄 ➤ txt, choi yeonjun ✓
Fanfiction𝐌𝐇 | Cuando duermas durante la noche, en tu momento más indefenso, serás atrapado por algo que devorará tu alma como un animal invisible. Kathleen Becker y su familia se mudan a una nueva casa. Pronto ella comienza a vivir sucesos paranormales, pe...