Un Pequeño Tropiezo ❤️‍🩹

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Nuestra siguiente salida fue en efecto a la pista de hielo, a pesar de que había varias de estas en mi ciudad natal, decidimos ir a Yokohama por varios motivos, principalmente porque ahí se encontraba la pista más grande, otro casi igual de importante es que la mamá de Shaoran nuevamente nos había hecho la invitación de comer en su restaurante, y un motivo muy mío, era que no quería que ciertas personas que también viven en Tomoeda me vieran con Shaoran, una de esas personas es mi hermano. Se la pasa en trabajos de medio tiempo por toda la ciudad y no quiero ni imaginarme el escándalo que haría si me ve con un chico, como la vez que me encontró a mí con Kurogane en un KFC, ni siquiera estábamos en una cita, más bien yo le hacía de tapadera a Tomoyo siempre que quería salir con alguien ya que sus padres no le permitían novios en ese entonces y tuve que salir con ellos en una cita triple, por suerte ahora son más relajados y la dejan tomar sus propias decisiones.

Volviendo al tema de la pista de hielo, llegué a Yokohama alrededor de las 12 del día, Shaoran ya estaba esperándome en la estación de tren y de ahí nos fuimos caminando hasta el deportivo en el que se encontraba la pista de patinaje, a pesar de que ya comenzaba a hacer un poco de calor debido a que se acercaba la primavera, decidí ir bien abrigada pues en esos lugares siempre se sentía un frío que te cala hasta los huesos. Al llegar, la pista aún continuaba cerrada ya que la estaban puliendo con la máquina, tardaría otra hora aproximadamente para estar lista; primera mala señal.

A Shaoran se le ocurrió comprar sándwiches de huevo en un local que habíamos visto con anterioridad en lo que esperábamos ese tiempo, apoyé que era buena idea por lo que fuimos sin más demora. El sándwich era enorme y monstruoso, tenía salami, tocino, jamón, queso y catsup en su interior, el pan con el que estaba cubierto estaba bañado en huevo haciendo un pan tipo francés, al morderlo se sentía sumamente crujiente y delicioso, pero demasiado grande para mí apetito y en conjunto al licuado de cajeta que pedí estaba a punto de reventar, mi estómago comenzó a dolerme y apenas pude disimularlo; segunda mala señal.

Caminamos de regreso a la pista debido a que ya había pasado el tiempo de espera, al llegar encontramos la 3ra señal gritándonos que era una mala idea entrar y que huyéramos mientras aún hubiera tiempo; una fila larguísima. Nos formamos sin más preámbulos y platicamos un poco para hacer más amena la espera. Así estuvimos durante casi 3 horas hasta que fue nuestro turno de entrar. Shaoran hizo el pago para 2 horas de pista, yo insistí en poner mi parte pero él se negó rotundamente, nos acercamos a la barra de renta de patines y pedí los míos al tiempo que resguardaban mis zapatos y la pequeña mochila en la que llevaba mis cosas personales.

Me senté en las bancas y procedí a ponerme mis patines, Shaoran estaba acercándose a hacer lo mismo a mi lado y una vez que estuvimos listos los dos, nos pusimos de pie para avanzar hacia la pista. Por instinto nos tomamos de las manos y evitar caernos, pero al sentir su calidez pude sentir una especie de chispa en mi pecho que recorría todo mi cuerpo. Estando en el borde, Shaoran se decidió por ir primero y así "ayudarme" a entrar, pero lo que el no sabía es que yo soy una experta en esto, aún así tomé su mano y me dejé cuidar un poquito.

Había demasiada gente alrededor así que procurábamos patinar cerca uno del otro, por lo que podía observar él era muy bueno en esto y me daba muchísimo gusto. No sé en qué momento me distraje tanto mirándolo a él que sin querer choqué con un señor, ambos terminamos en el suelo y yo terminé completamente de espaldas en el hielo, el señor rápidamente se disculpó e intentó reincorporarse para ayudarme a levantar, estaba muy apenada, tanto con el señor que solo había sido víctima de mi distracción como con Shaoran que seguramente me había visto, me levanté de inmediato para evitar que Shaoran se preocupara de más y entonces vi un pequeño grupo de personas acercándose a alguien que también estaba tirado en el hielo, no vi a mi acompañante por ningún lado y empecé a sentir mucha incertidumbre, temerosa me acerqué a la multitud para ver qué sucedía y ahí estaba él, sentado aplicando presión sobre su ceja para evitar que la sangre continuara cayendo sobre el costado de su cara y al lado de él una chica suplicando perdón por haberlo herido.

Strawberry ChristmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora