Gracias a que me apresuré a dejar los materiales de la clase de deportes, fui capaz de alcanzar el tren de las 4:30 hacia Yokohama, realmente no me imaginaba que hubiera tanta gente a esta hora, el único asiento vacío que había preferí que lo tomara una mujer con una bebé en brazos. No era tan pequeña la bebé ya que prestaba atención a todo y todo le llama la atención, cada vez que volteaba hacia donde estaba me sonreía y cada vez que lo hacía no podía evitar sonreír yo también.
Mientras miraba el paisaje por la ventana no pude contener más mi emoción y saqué de la mochila los boletos del concierto que había adquirido justo hoy, recuerdo claramente que Shaoran dijo que estaban agotados y que era sumamente difícil encontrar unos... Pensándolo bien, también puede que la madre de Shaoran tenga razón y ser yo algo así como una hija predilecta de los dioses ya que dicha suerte era casi imposible de que sucediera.
Todo empezó cuando estábamos en la última clase de deportes, habíamos terminado de jugar a los "quemados" y al ser la última en pie contra Rika nos tocó a nosotras dos guardar todo el material en la bodega cuando terminamos el enfrentamiento, mientras íbamos caminando con los balones metidos en un costal ella lanzó un gran suspiro, yo le pregunté si estaba todo bien y fue cuando me contó que su novio le había regalado boletos por el día blanco para el concierto de RADWIMPS pero que desafortunadamente ella también había comprado un par de ellos para regalárselos en su cumpleaños que era aproximadamente en dos días y justo ahora no sabía qué hacer con ellos.
—¿Has pensado en revenderlos?— le pregunté.
—Estuve considerándolo, con el dinero podría comprarle otro regalo pero, no quiero que él se entere de que yo también tenía boletos para el mismo grupo el mismo día y si comienzo a ofrecerlos, de algún modo va a enterarse— contestó resignada y un poco desanimada.
—Mmm...— aclaré mi garganta —Podrías vendérmelos a mí...— ella volteó a verme directamente a los ojos —Conozco a una persona que me comentó que también quería ir pero que no había encontrado entradas, así que si decides venderlos, por favor considérame cómo primera opción.
—De acuerdo— me sonrió.
—Gracias— le sonreí de vuelta.Llegamos hasta la bodega y acomodamos un poco el material desacomodado para poder colocar los costales llenos, después de eso fuimos a los vestidores para cambiarnos y finalmente regresamos al salón para tomar nuestras cosas. Los demás compañeros ya nos habían adelantado por lo que no había nadie en el salón más que nosotras dos, cuando estaba guardando mi ropa de deportes en una bolsa Rika se me acercó —Toma— dijo —Los boletos para el concierto.
—¿Ya lo pensaste bien?— pregunté un poco dudosa, no quería que fuera a pensar que soy una aprovechada de la situación.
—Sí— contestó muy segura.
—Muchas gracias, pero mejor me los das mañana ya que hoy no traigo el suficiente dinero para dártelo...
—No te preocupes— interrumpió —Tómalos y mañana me los pagas, no vas a cambiarte de escuela solo por unos boletos ¿O sí?
—Tienes razón— los tomé entre mis manos —De verdad muchas gracias— dije haciendo una pronunciada reverencia, en serio estaba sumamente agradecida con ella por darme la oportunidad de devolverle a Shaoran un poco de todo lo que ha hecho por mí.
—Gracias a ti— imitó mi gesto, seguido de esto salimos del salón y en las escaleras se encontraba su novio esperándola como siempre.
—Nos vemos mañana— me despedí.
—Hasta mañana.Al salir de la escuela decidí que iría a buscar a Shaoran en ese mismo instante, seguramente estaría igual o incluso más feliz que yo por la noticia y debido a que él me había visitado de sorpresa en mi trabajo el 14 de febrero, ahora me tocaba visitarlo a él inesperadamente. Mientras caminaba no podía con la emoción, buscar un trabajo después de todo había sido la mejor idea que se me pudo ocurrir y el hecho de que Shaoran siempre pagara la mayor parte en nuestras salidas hace que haya guardado el suficiente dinero para poder retribuírselo ahora.
Próxima estación: Yokohama.
Escuché por el interfón, me acerqué a las puertas y en cuanto estas se abrieron, salí disparada directo a las escaleras para después caminar en dirección al restaurante en el que seguramente estaría Shaoran. A diferencia de él aquella vez, yo no le mandé ningún mensaje tratando de distraer la atención, lo cual hubiera sido buena idea ya que así me habría enterado de que se había quedado en la escuela un poco más para poder terminar un trabajo grupal que tenía pendiente.
—Pero estoy segura de que no debe de tardar, me dijo que se presentaría aquí a las 6 para trabajar— me informó Yelan con una dulce sonrisa cuando me recibió en el restaurante.
—Gracias.
—Por favor toma asiento y pide algo mientras esperas, yo invito— sugirió para después marcharse pues estaban entrando más clientes y solamente tenía un solo mesero y su host aún no había llegado tampoco.A los 5 minutos de espera, Yelan de nuevo apareció frente a mi mesa con una taza de té verde, un rollito primavera y una galleta de la suerte, le agradecí pero tuvo que irse nuevamente, ¿Y si le ayudo un poco? Tal vez no sepa tomar las órdenes y no conozco el menú claramente pero al menos puedo aligerar su carga levantando los platos y vasos que los clientes van dejando al mismo tiempo que limpio las mesas.
—Sí, eso haré— me susurré, le dí un sorbo al té y me apresuré a comer el rollito primavera, guarde la galleta de la suerte en mi mochila y me puse de pie, estaba segura de que Yelan no me dejaría hacerlo si se lo preguntaba así que comencé a hacerlo sin consultarle.Cuando vio lo que estaba haciendo, simplemente me sonrió y gesticuló un "Gracias" ya que su voz no llegaría hasta donde me encontraba, la carga de trabajo se había aligerado significativamente ya que ella se encargaba de recibir a los clientes y acomodarlos en las mesas, el mesero les tomaba la orden y se las llevaba, mientras que yo hacía lo antes mencionado. Hice varios viajes debido a que las mesas se desocuparon rápido, al principio la chef me veía un poco raro pero entre más viajes hacía, más asimilaba la idea de lo que estaba haciendo. Al salir de la cocina pude ver cómo Shaoran iba entrando al restaurante, aún portaba su uniforme escolar, regularmente es raro ver a los compañeros de clase con otra ropa que no sea el uniforme pero esta vez la situación estaba a la inversa, siempre había visto a Shaoran con ropa de calle y como esta era la primera vez tal vez eso explicaría el porqué me quedé observándolo fijamente mientras él estaba distraído hablando con su madre.
De repente, su mirada se apartó de Yelan y la dirigió hacia mí como si supiera dónde me encontraba exactamente, mostró una sonrisa y comenzó a caminar hacia mí, ¿Cómo debería saludarlo? ¿Lo de los boletos debería de ser lo primero que debo decirle o no? Sea lo que sea que decida no debo quitarle mucho tiempo ya que debe trabajar y el restaurante aún está lleno de gente...
—¡Hola, Sakura!— interrumpió en mis pensamientos,
—¡Shaoran! ¡Quiero darte algo!— expresé muy efusiva, lo tomé de la mano y lo halé hacia donde hubiera menos gente: la cocina. Una vez estando ahí, le pedí que cerrara los ojos a lo cual accedió pero recordé que los boletos estaban en mi mochila la cuál estaba en la mesa donde me había acomodado al llegar —Espera...— mencioné y corrí hasta ellos para volver en escasos segundos, él seguía con los ojos cerrados y tomé una de sus manos con mucha delicadeza para después posar uno de los boletos en ella —Ya, ábrelos.
—¿Qué es esto?— le dió la vuelta al papel y leyó atentamente el contenido —¡¿En serio?!— dijo en voz alta una vez que terminó de leer.
—¡Si! Y yo iré contigo— procedí a mostrarle el otro boleto que aún me quedaba —Es mi regalo para ti por el dia blanco— sonreí.
—Muchas gracias— me abrazó suavemente —En serio muchas gracias, es el mejor regalo que me han dado en toda la vida— el abrazo se intensificó un poquito e incluso sentí cómo me levantó unos cuantos centímetros del suelo, la calidez en mi pecho comenzó a aumentar, me preguntó si será posible vivir para siempre de este modo...
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Strawberry Christmas
Fiksi PenggemarEn vísperas de Navidad, la vida solitaria y triste de Sakura da un giro inesperado al conocer a un joven de nombre Shaoran, el cual guarda un terrible secreto que está seguro impedirá un futuro para ambos.