Sinopsis:
El deseo puro de dos pequeñas niñas, lleva a Lan Wangji y a Wei Wuxian a encontrarse... El destino de sus almas, está unido, se pertenecen desde antes de nacer, sin embargo, una promesa tras una tragedia, hace que el jade deba esconder su...
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Noviembre estaba llegando a su fin y Jiang YanLi se encontraba bastante atareada con los preparativos para su boda, que se celebraría en apenas un mes y medio.
Las invitaciones ya habían sido entregadas y como era de esperarse, los Lan eran una de las familias afortunadas, que habían sido convocadas a la celebración.
Wei WuXian por su parte, estaba feliz, ya que quizá el día de la boda de su hermana, sería el día en que volvería a ver a Lan WangJi, esto dado, a que los Lan ya habían confirmado su asistencia para la celebración.
—A-Xian, hoy te ves muy feliz, ¿Pudo saber a qué se debe?— preguntó Jiang YanLi, un poco curiosa.
—Shijie, es que creo que el día de tu boda, al fin podré ver a Lan Zhan nuevamente— respondió el chico, notablemente entusiasmado.
—A-Xian, ¿No será que a ti te gusta el joven Lan?— continuó cuestionando la chica, con ojos brillantes.
—Shijie, no, ¿Cómo crees?, a mí no puede gustarme Lan Zhan— se apresuró a decir el chico.
—¿Y por qué no?, ¿Por qué es beta?... A-Xian, la casata no importa, Lan WangJi es un buen chico y me gusta para ti— aseguró la joven, con una gran sonrisa adornado sus labios.
—Shijie, no, el que Lan Zhan sea beta no me importa, su casta no me importa, lo que pasa es que… Lan Zhan es demasiado bueno para mí, él merece a alguien mejor que yo— respondió el Wei, con notable melancolía en su voz.
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Meng Yao, o mejor dicho, Jin GuangYao, se sentía incómodo. A pesar de aparentemente vivir tranquilo en Lanling Jin, el chico no podía evitar sentirse fuera de lugar.
GuangYao extrañaba Qinghe, más aún, a los hermanos Nie, quienes siempre lo trataron como su igual. Sin embargo y para su desgracia, en Lanling Jin, no era así, en la residencia Jin, el único que trataba con respeto a GuangYao, era Jin ZiXuan, no obstante, ahora, con los preparativos de su boda, casi ni lo veía.
Jin GuangYao se sentía triste y solo, el chico deseaba con todas sus fuerzas hablar con HuaiSang y ver a MingJue aunque fuera de lejos.
Aunque no lo aceptará, A-Yao era consciente de que estaba enamorado del mayor de los Nie, pero también sabía, que alguien tan bueno como MingJue, merecía a alguien mejor que a un simple bastardo como él.
