Sinopsis:
El deseo puro de dos pequeñas niñas, lleva a Lan Wangji y a Wei Wuxian a encontrarse... El destino de sus almas, está unido, se pertenecen desde antes de nacer, sin embargo, una promesa tras una tragedia, hace que el jade deba esconder su...
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Madame Yu estaba furiosa, el hombre frente a ella, se había atrevido a secuestrar a su nieto y a la pareja de uno de sus hijos.
La mujer giró a Zidan en su dedo y abofeteó al hombre —¿Sabes que de aquí solo podrás salir muerto?—
Su MinShan por su parte, sólo sonrió y respondió —No me importa, por lo menos logré completar mi venganza, Lan WangJi ahora se debe de estar retorciendo de dolor y Lan XiChen llorando a su lado sin poder hacer nada, sin mencionar que Lan QiRen, bueno, ya no tiene a nadie y Gusu Lan se irá a la ruina—
La araña púrpura miró al hombre con ojos inyectados en rabia y liberó a Zidan, sin embargo, cuando estaba a punto de golpearlo, recibió una llamada.
—Diga— respondió la mujer completamente furiosa.
—Mamá— se escuchó del otro lado de la línea.
—A-Cheng— al escuchar la voz de su hijo, Madame Yu se relajó considerablemente —¡¿Qué sucedió?, ¿Cómo están mi nieto y Lan WangJi?!—
Jiang Cheng soltó un suspiro y miró a su bebé —Mamá, A-Yi está bien, Lan WangJi lo protegió y mi bebé no sufrió daño y con respecto al segundo jade…— el Jiang hizo una pequeña pausa y tomó una gran bocanada de aire, antes de continuar —Mamá, cómo sabes, esos tipos lo marcaron, pero Wei WuXian logró revertir ese enlace, reemplazando esa marca con la suya… mamá, mi hermano y Lan WangJi, ahora están enlazados y unidos para siempre—
Al escuchar lo dicho por su hijo, araña púrpura sonrió para sus adentros, al parecer el plan del tipo frente a ella, había sido un fracaso total, gracias a la intervención de sus hijos —A-Cheng, ¿En dónde están tú y tu hermano ahora?—
El loto púrpura miró a la persona frente a él y respondió —Mamá, Wei WuXian aún se encuentra en la bodega con Lan WangJi, al parecer ellos están, bueno, tú ya sabes, su ciclo de calor se disparó por el enlace y ellos necesitan del otro para calmarlo… y yo… bueno, mamá, estoy en casa del primer hermano Lan—
—¡Jiang WanYin, ¿Qué haces en ese lugar?, Dios, sal de ahí ahora mismo y ve a casa, no quiero que te lastimen a ti también!— ordenó la mujer con un tono molesto, pero a la vez preocupado. Ella no quería que volvieran a lastimar a su pequeño hijo.
