Capítulo 4

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Jennie

La mano de Lisa en el cuello del señor pervertido apretaba más y más con cada segundo que pasaba.

-¡Alpha! ¡Alpha! ¡Detente!¡Lo vas a matar!- No dejaba de gritar una mujer, la más persistente de todos los que le suplicaban que se detuviera.

Lisa no le presto atención y se limitó a apretar con más fuerza el cuello de la criatura.
Me abrí paso entre la multitud, dirigiéndome hacia donde estaba.

-¡Lisa!- Grite cuando finalmente llegue.
Me detuve directamente frente a ella, tratando de llamar su atención.

-¿Qué estás haciendo?

Sus ojos se encontraron con los míos y di un paso atrás. Era aterradora

Su cuello había crecido dos tallas, y las venas trepaban por su rostro, alrededor de sus ojos negros.

Los colmillos le sobresalían por debajo de los labios y la espuma se acumulaba alrededor de su boca mientras gruñía.

-Compañera, muévete-me dijo, y su expresión no dejaba lugar a discusión.

Encantada

Retrocedí varios pasos, muerta de miedo y entonces una mano me agarro la muñeca y me acerco a la puerta. Me gire sorprendida. Era la mujer que antes había llamado a Lisa Alpha.

-¿Eres su compañera?- me preguntó frenéticamente.

-¿Qué?- no sabía a que se refería- No- repuse tratando tratando de escapar de sus manos,no me dejaba ir.

Pero entonces, recordé vagamente que Lisa me había llamado así antes.

-¡No lo sé!-grité

Levantó la nariz y olfateo el aire.

¿Qué demonios?

-Eres humana- concluyo- Pero hueles a compañera de alpha .

-¿Qué?- grité

-Mira, no hay tiempo para explicaciones. Si no la calmas matará a ese hombre.

Volví a mirar a Lisa y vi que seguía estrangulando al señor pervertido, cuya cara se estaba amoratando mientras jadeaba y arañaba la mano de Lisa.

-¿Calmarla? ¿Cómo se supone que voy a calmarla? ¡Está estrangulando a ese hombre!-grite

-¡Tócala,háblale, lo que sea! ¡Solo has que se detenga!

Mire a la mujer que tenía delante. Su expresión era de puro pánico.

-¿Tocarla?- pregunté. Podía hacerlo. Diablos, lo había estado tocando durante todo el vuelo.

La mujer asintió alentadoramente y me llevo de vuelta donde estaba Lisa.

Los movimientos del hombre que se asfixiaba se ralentizaban, su cabeza empezaba a caer hacia un lado, mierda tengo que hacer algo.

Respire profundamente. Luego levante una mano temblorosa y la puse sobre el hombro de Lisa.

-¿Lalisa?-le pregunté. Su cabeza se giró para mirarme. Trague saliva- Por favor, para le estás haciendo daño.

-No- gruño, realmente gruño. Su mirada se dirigió de nuevo a la criatura.

Bueno....no ha funcionado.

La Hermosa y La Alpha LalisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora