Jennie
Me desperté antes que Lisa y no sabía que hacer. Sentía su aliento contra mi nuca, lento h constante.
Pensé en mi madre y me pregunté si estaría preocupada al no haberme presentado en su apartamento la noche anterior.
Quizás llamaría a la policía y vendría a buscarme.
Pero había una posibilidad muy grande de que ni siquiera se hubiera dado cuenta de que no estaba allí, o simplemente supusiera que no había ido por enfado.
Sonaba como algo que yo haría. Así que sería más inteligente no depender de que ella intentará encontrarme.
Estaba sola. Tenía que encontrar la manera de salir de allí. Pero ¿cómo?.
Podría intentar huir de nuevo, pero el recuerdo del dolor que había experimentado esta misma mañana paso por mi mente.
No había forma de volver hacer eso.
Así que tenía poca opciones:
Podía rendirme por completo, quedarme tumbada y esperar a que Lisa se despertara, y dejar que se saliera con la suya.
¿Porqué me suena como una buena opción?
Podia esperar a que Lisa se despertara, y luego fingir que seguía dormida hasta que, con suerte, saliera de la habitación, y luego tratar de encontrar la salida.
Podía actuar con dulzura, como si confiara en ella, y luego atacarla por la espalda y tratar de noquearla con una lámpara o algo así y luego huir.
Podría ser muy, muy mala con ella y esperar hasta que se hartara de mi y me echara a la calle. Eso podría funcionar o ¿no?.
Podía esperar a que mi madre se preocupara por mi ausencia lo suficiente como para llamar a la policía.
Es poco probable, pero podría suceder.
De repente se me ocurrió que era Nochebuena.
Se suponía que debía estar con mi familia celebrando la Navidad en París, disfrutando de la vida por primera vez desde la muerte de mi padre.
Mi padre, Dios como lo echaba de menos.
Si el año pasado hubiera sabido que era la última Navidad que iba a pasar con el, no lo habría dado por hecho.
Siempre habíamos tenido las mejores Navidades juntos.
Como no estaba en contacto con ninguno de mis abuelos por ninguno de los dos lados de mi familia, siempre habíamos estado nosotros dos.
Veíamos películas de Navidad y comíamos hasta no poder más.
Intercambiamos regalos, cantabamos villancicos, decorábamos el árbol y disfrutábamos de la compañía mutua.
Siempre había sido mi día favorito del año: sin preocupaciones, solo mi padre y yo en navidad.
Sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas y me sorbí los mocos, intentando detenerlas.
Ahora no era el momento de compadecerme de mi misma. Tenía que averiguar cómo salir de esta suite de hotel, que empezaba a parecerse más a una prisión.
Ya ni siquiera me importaba ver a mi madre por Navidad.... Solo quería volver a casa.
¡Tengo una vida que vivir!
Si, mi padre había muerto. Y me había quedado totalmente destrozada y le echaba de menos todos los días. Pero que estuviera muerto no significaba que yo también lo estuviera.
Estaba viva.
Y ya no había nada que me impidiera vivir. Ya no tenía a nadie de quien ocuparme aparte de mi misma.
Podía ir a la universidad. Podía hacer amigos.
Podía salir a bailar y a beber a los bares, y conocer chicos y tomar malas decisiones y conseguir un nuevo apartamento y un gato y un trabajo elegante. Nada me detenía.
Bien, había una cosa que me detenía.
Y esa cosa estaba respirando en mi cuello, y tenía sus brazos alrededor de mi y era increíblemente atractiva.
Esa cosa era la enorme mujer que estaba detrás de mi, y que me había secuestrado y afirmaba que ahora le pertenecía.
Dios, ¿qué me pasa?
Pensé en la noche anterior y en cómo había dejado a Lisa hiciera lo que quisiera conmigo.
Acababa de caer en sus brazos y ya me había rendido.
En mi vida había pasado demasiado tiempo rindiéndome, sintiéndome impotente y sola, dejando que la vida se saliera con la suya. Nunca más. Iba a vivir mi vida.
Y nada me detendría.
Sentí que Lisa se movía detrás de mi. Ay Dios se está despertando.
Inmediatamente cerré los ojos, haciéndome la dormida. Con suerte saldría y yo podría saltar por la ventana o algo así.
Era el momento de vivir.
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La Hermosa y La Alpha Lalisa
Science FictionJennie ni siquiera sabe que hay seres capaces de cambiar de forma. En un avión a Paris conoce a la Alpha Lalisa, que afirma que ella le pertenece. La posesiva alpha marca a Jennie la lleva a su suite, donde lucha por la pasión que crece en su inter...