Capitulo 12

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Jennie

El lobo se acercó a mi lentamente, manteniendo un intenso contacto visual. Le devolví la mirada, tratando de controlar mi respiración agitada.

Se detuvo justo delante de mi cara y dejó escapar una bocanada de aire.

Me estremecí. Mis lágrimas empezaron a bañar mi rostro.

Lisa gimió. Su nariz húmeda tocó la mía. Después su lengua recorrió una de mis mejilla y se desplazó a la otra para hacer lo mismo.

Entonces me di cuenta que me estaba lamiendo las lagrimas, pero no pude saber si su intención era reconfortarme o si estaba decidiendo si quería comerme.

Sentí que algo tiraba de mi camiseta. Mire hacia abajo y vi a Lisa tirando de ella con los dientes.

-¿Qué?- pregunté

Siguió tirando de mi camiseta, empujándome literalmente hacia adelante.

-¿Qué quieres?-lo mire confundida.

No estaba segura de que pudiera entenderme, pero entonces sacudió la cabeza hacia la cama y ladró con fuerza.

-¿La cama?- pregunté

Volvió hacer un gesto de afirmación con el hocico.

¿Porqué quería que fuera a la cama? Y lo que era más importante, ¿qué quería hacer conmigo una vez que llegara allí?

-¿Por qué? - susurre

No respondió. Siguió tirando de mi camiseta con su hocico con más fuerza.

-Vale, vale- accedí con un grito ahogado mientras tiraba de mi hacia adelante.

Me levante lentamente del suelo, sin apartar la vista del lobo que tenía ante mi. Se movió conmigo, observando cada uno de mis movimientos.

Una vez que me puse de pie, me di cuenta de lo grande que es realmente.

Era tan grande como yo, tan grande como un caballo.

Me acerqué a la cama con las piernas temblorosas, notando que Lisa permanecía cerca, con su pelaje rozándome casi como si esperara que me cayera en cualquier momento.

Me senté lentamente y respire profundamente.

Volví a mirar el lobo y le dirigí una mirada interrogativa que decía " y ahora que".

Lisa vino a ponerse delante de mi. Apretó su nariz contra mi pecho y lo acaricio.

-¿Qué?- perdí el equilibrio y acabé de espaldas viendo el techo. Parpadeé.

Sentí que la cama se movía violentamente y observé que Lisa venía acostarse conmigo.

Observe el gran lobo  con recelo como se ponía cómodo. Se tumbó y apoyó la cabeza en las patas, luego gimió.

-¿Qué?- volví a preguntar

Cerró los ojos y soltó un gruñido parecido sospechosamente a un ronquido y luego me miro.

-¿Quieres que duerma?

Porque quería que durmiera, de que serviría eso.

Lisa ladró y asintió rápidamente con su gran cabeza de lobo. Me miro fijamente como si esperara que durmiera allí mismo, pero no lo hice.

Quiero decir que ¿cómo podría dormirme?

Realmente era un animal hermoso. Aterrador pero hermoso. Era negro azabache junto con sus ojos y fuerte.

Aparte la mirada. No debería admirar un monstruo. Mi mirada volvió al techo mientras las lágrimas seguían fluyendo. Me había calmado un poco, pero mi cuerpo seguía temblando.

Por el rabillo del ojo vi que Lisa volvía apoyar su cabeza en sus patas mientras dejaba escapar un resoplido. Sentí sus ojos clavados sobre mi, lo cual era inquietante.

Así que Lisa podía convertirse en un gran lobo.

Había sido secuestrada por un hombre lobo que decía que le pertenecía. Uno sin ningún tipo de autocontrol.

¡Era algo jodidame te fantástico!

Sin embargo, explicaba muchas cosas. Explicaba sus ojos que cambiaban de color, sus músculos increíblemente enormes y su fuerza.

También supuse que tenía algo que ver con el hecho de que Rosé lo llamaba alpha.

La palabra Alpha tenía algo que ver con los lobos.  ¿No? ¿O solo se refería al alfabeto griego?

Sin embargo, todavía no sabía porque me llamaba Luna. O porque me habían secuestrado.

O lo que estaba planeando hacer conmigo.

Estuvimos así durando una hora y media, con mi mente acelerada y el observándome, hasta que finalmente se me agotó la adrenalina y mi cuerpo dejó de temblar. Las lágrimas de mis mejillas por fin se habían secado.

Mire a Lisa y el levantó la cabeza ante mi movimiento.

-¿Puedo levantarme ya?

Sacudió la cabeza

-¿Por qué no?

Se limitó apoyar la cabeza en sus patas y cerró los ojos.

Bueno, eso no me daba una respuesta. Y si iba echarse  una siesta, no había nada que me impidiera a mi levantarme.

Me apoye lentamente en una posición sentada. A Lisa no le gustó nada. Se puso de pie y colocó una de sus enormes patas sobre mi hombro, ejerciendo suficiente presión para que me viera obligada a volverme a tumbar.

Resople

-Sabes que no podré dormir ¿Verdad? Entonces ¿porque tengo que estar aquí tumbada?

Lisa volvió a tumbarse, retomando la posición en la que estaba.

- Seguro que no podré dormir contigo mirándome- mire al techo hinchando mis mejillas. Podía sentir su mirada recorrerme el cuerpo.

Le mire y vi que sus ojos por fin estaban cerrados.

Bueno eso es mejor que nada.

Asi pasó otra hora insoportablemente larga. Mi confusión no hacía más que aumentar. ¿Qué esperaba de mi? ¿Quería que me quedara así para siempre?

Por fin me canse. No me importaba lo grande que fuera o que pudiera hacerme pedazos. Ya no podía quedarme ahí tumbada.

Me senté golpe y empecé a desplazarme rápidamente hasta el extremo de la cama, con la esperanza de llegar allí ante de que  Lisa pudiera detenerme.

Apenas había empezado a moverme cuando se abalanzó sobre mi, poniendo sus patas a ambos lados de mi cuerpo y gruñendo.

-¡Ya no puedo quedarme allí tumbada! Necesito moverme- le grité

Gruño y apretó su nariz en mi pecho.

Me obligo a tumbarme, intente luchar contra el lobo feroz, pero a quien engaño es inútil es mucho más fuerte que yo.

Resople con fastidio.

Pensé que se alejaría una vez que estuviera tumbada, pero no lo hizo.

En lugar de eso, bajo para echarse encima de mi, con su estómago presionando el mío, sus piernas soportando su peso a cada lado de mi y su cabeza entre mis pechos, asegurándose que no pudiera ir a ningún lado.

- ¿Que estás haciendo?- pregunté

Me retorcí un poco, intentado que se moviera. Solo conseguí que  pusiera mas peso sobre mi, inmovilizándome por completo. Tenía incluso los brazos sujetos bajo su cuerpo. No podía moverme en absoluto.

Iba a ser un largo día.

La Hermosa y La Alpha LalisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora