Capitulo 8

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Jennie

El brazo de Lisa me rodeó con fuerza. Luego se movió lentamente y presionó sus labios contra mi oreja.

-Buenos días, cariño- susurró

Se llevó el lóbulo de mi oreja a la boca y lo mordió suavemente. La sensación era increíble, pero no quería darle la satisfacción de saberlo.

Oh Dios. Oh Dios. Oh Dios. No te muevas Jennie. No hagas ningún ruido. Estás durmiendo. ¿Recuerdas?

-Mmm... se que estás despierta Jennie- me beso en el cuello.

Está mintiendo. No lo sabe. ¿Cómo podría saberlo?

-Estamos jugando a fingir, ¿verdad?. Bien juguemos.

¿Qué? ¿Qué demonios quiere decir con eso?

No estaba de humor para juegos. Bueno no quería estar de humor, pero tampoco podía negar el calor que empezaba surgir entre mis muslos.....

Sentí que se movía para ponerse encima de mi.
Instintivamente abrí las piernas un poco para que ella pudiera poner su cuerpo entre ellas.

Lisa se rio.

Mierda. ¿Se ha dado cuenta que he hecho eso? Lo he hecho ¿no?.

Trate de mantener el cuerpo relajado y la respiración regular. No importa lo que haga Lisa, no importa cuánto me guste, estoy dormida.

Una de sus manos se agarro a mi cintura y luego recorrió mi vientre. Después se inclinó lentamente y acercó sus labios a los míos.

¡Esto no es justo! La sensación de sus labios contra los míos era demasiado buena, como fuegos artificiales. Quería gritar o devolverle el beso, pero no podía.

Estaba tratando de probar que podía resistirlo.
¡No me besaría con mi secuestradora!

Por mucho que quiera...

No te muevas, Jennie.

Pero mientras seguía presionando sus sabios labios contra los míos, no pude evitar abrir la boca un poquito, invitándole a entrar.

Sentí su profunda carcajada. Incluso con los ojos cerrados, supe que estaba sonriendo. Mierda, joder, mierda, puto infierno.

Mantuve los ojos cerrados. ¿Qué me pasa?

¿Porqué no puedo controlarme?

-Me gusta este juego- me susurró al oído después de inclinarse.

Me beso a lo largo de la mandíbula y me agarro la cintura con más fuerza,subiendo la mano para que su pulgar me rozara por debajo del pecho. Me retorcí un poco.

-Abre los ojos Jennie.

No me movi

-¿No?- preguntó

No respondí ¿tal vez se da por vencido?

¡Por favor, ríndete! No sabía cuánto tiempo más podría aguantar. Estaba a dos segundos de meterle la lengua en la garganta.

- De acuerdo. Como quieras.

Empezó a darme besos con la boca abierta a lo largo de la mandíbula.

Mierda así que no se rinde.

Sus labios siguieron bajando por mi cuello mientras sus manos acariciaban mi cintura a través de la camiseta. Por un segundo desee no llevarla puesta.

Y entonces Lisa encontró el lugar donde me había mordido. Jadeé y mi espalda se arqueó para que mi pecho tocara el suyo.

Dios, ese punto era como un segundo punto G.

Gemí, pero seguía con los ojos cerrados.

-Ajá lo que pensaba - dijo. Me lamió el costado del cuello y me retorcí. Se apartó un poco.

-¿Todavía no vamos abrir los ojos?

Estaba siendo obstinada. Ambos sabíamos que estaba despierta. Pero no le dejaría ganar esta batalla. No iba a perder.

No abriría los ojos.

Así que negué con la cabeza.

-Vaya, mi compañera es testaruda- se rio.
Apretó una de sus rodillas contra mi entrepierna. Podía sentir su aliento en mi cara.

-Me parece bien- susurró

Su boca se aferró a mi cuello una vez más y volví a gemir. Me beso hasta la clavícula y luego paseo su nariz entre mis pechos.

Volví arquear la espalda ya sin aliento.

Me levanto un poco la camiseta y me beso alrededor del ombligo.

¿Hace calor aquí o solo soy yo?

Entonces paso su mano por debajo de mis bragas  y me agarro el hueso de la cadera.

Espera, ¿qué? ¿Mis bravas? ¿Qué pasó con mis leggings?

De repente, me acorde que Lisa me los había quitado anoche. ¿No me había quitado también el sujetador?

Así que eso significaba....que estaba tumbada en la cama sin ropa, solo con la camiseta blanca transparente y mi tanga de encaje azul.

Eso era todo.

Y la mujer que me había secuestrado tenía una mano bajo esa misma tanga de encaje azul y la otra en mi pecho, bajo mis senos, mientras su boca se acercaba cada vez más a, ejem, una zona muy personal.

Abrí los ojos de golpe.

Grité y empecé a dar patadas a Lisa. Con suerte a lo mejor le daba en la cara.

Con suerte, a lo mejor rompía su nariz.

Le quite las manos de encima y salte de la cama.

Me pase las manos por el pelo y empecé a caminar de un lado a otro. Definitivamente no había ganado esta batalla.

Mierda

Mire a Lisa, estaba sentada al borde de la cama apoyada en los brazos, y me observaba con una mirada divertida.

Sus ojos recorrieron mi figura de arriba a bajo y se relamió los labios.

Había olvidado que estaba básicamente desnuda. ¡Estaba básicamente desnuda!

Rápidamente, cogi la manta de la cama y me envolví en ella mirando a Lisa.

Sus sonrisa se ensanchó.

-¿Sabes? Toda esta situación podría haberse evitado si simplemente hubieras abierto los ojos.

Resople

-¿Ah, si? - pregunté-  No vas a volver a tocarme. Jamás. Nunca más.

Sus ojos se oscurecieron, no totalmente negros, sino más bien verde oscuro.

Se puso de pie. Yo di un paso atrás.

Observó como me alejaba de ella por miedo y se detuvo. Cerró los ojos con fuerza y respiro profundamente.

Cuando los abrió de nuevo, habían vuelto a la normalidad. Me miro y suspiro.

- Ve a ducharte, cariño. Voy a preparar el desayuno- paso junto  ami y salió por la puerta.

Durante unos segundos, me quede de pie. Me frote la cara con las manos. Pues vale. Se había ido. Había sido más fácil de lo que había esperado.

Supongo que es hora de salir de aquí.

La Hermosa y La Alpha LalisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora