Los ojos de Lisa se oscurecieron en el momento que las palabras salieron de mi lengua, e inmediatamente retrocedí, temiendo que se convirtiera en lobo de nuevo.
Me observó atentamente. Cuando vio que me alejaba de ella, cerró los ojos y respiro profundamente. Cuando sus ojos se abrieron de nuevo, estaban en su color normal.
-Jennie- suspiro- No lo sabes ahora porque estoy contigo, pero si, por alguna extraña razón, te dejará ir,de alguna manera encontrarías el camino de vuelta a mi.
Sacudí la cabeza, dispuesta a discrepar y discutir pero ella siguió hablando.
-¿Recuerdas como te sentiste ayer, cuando me aleje de ti?.¿Cómo casi te desmayaste y sentiste un dolor inmenso?
Me estremecí al recordarlo, pero asentí con la cabeza con desgana.
-Ahora imagina ese dolor intensificado por diez. Cuando eso ocurrió solo estabas abajo, a una planta de distancia de mi. No quiero ni pensar en lo que pasaría si estuvieras aún más lejos.
Además tus instintos te dirían que volvieras a mi si yo no llegaba primero a ti. Al fin volverías . El vínculo de compañeros te obligaría hacerlo.Mi corazón empezó a latir más rápido.
-¿Siempre sentiré ese dolor cuando esté lejos de ti?
Vi a Lisa apretar y aflojar los puños. No estaba segura si era por rabia o por otra cosa.
-No. Con el tiempo se detendrá. Nuestros cuerpos se adaptarán lentamente a estar lejos el uno del otro. Pero siempre anhelaremos la presencia del otro.
-¿Así que nunca volveré a casa?- me encogí y agache la cabeza. Las lágrimas se me acumulaban en los ojos.
Lisa maldijo en voz baja mientras me observaba. Su expresión me dijo todo lo que necesitaba saber. No me dejaría ir.
Tenía la intención de mantenerme cerca de ella para siempre. Llore con más fuerza al comprenderlo.
-Al diablo con esto- dijo Lisa, mirando las almohadas que había entre nosotros.
Se acercó a mi, tirando las almohadas a su paso.
-¡No!- levante la mano para detenerlo-No, para, por favor, yo...yo... no puedo -solloce.
-Jennie por favor déjame tocarte-gimió Lisa- Por favor, verte así esta matando a mi lobo. Es mi trabajo como compañera cuidar de ti.
Le mire. Por fin había llegado a un punto en el que no podía más con aquello.
-¡No me llames así! No soy tu....¡tu compañera! ¡No es tu trabajo hacer nada por mi! -grité estaba histérica. Ya no podía controlarme.
Todo eso era demasiado para mi.
- Jennie- oí gruñir a Lisa. Se puso en pie, pasándose una mano por el pelo con una expresión de agonía en el rostro.
-Yo solo....¡joder!- gritó y lanzó un puñetazo en la pared.
Toda la habitación se estremeció ; su puño dejó tras deci un gran agujero.
Di un salto hacia atrás y solloce con más fuerza .¿Cómo me había metido en este lío?
Me abrace a mis rodillas, dejando salir todas mis emociones.
Se me revolvió el estómago y sentí que estaba a punto de vomitar.
Intente ignorarlo, pero la punzada de dolor justo donde Lisa me había mordido era casi insoportable.
Lisa se agachó junto a la cama, a mi lado. Parecía estar más tranquilo, pero sus ojos seguían siendo negros como el carbón, y eso me asustó aún más.
- Es tu marca ¿Verdad, cariño?se que debes tener mucho dolor. Por favor, déjame hacerte sentir mejor.
Le observe atentamente mientras las lágrimas seguían surcando mi rostro.
Levantó su mano lentamente y la acercó a mi cara hasta casi tocar mi mejilla.
¡Tenía tantas ganas de dejar que lo hiciera, de dejar que me tocara y de sentir las chispas que recorrían todo mi cuerpo!
Me incline un poco hacia ella. Quería saltar a sus brazos y aferrarme a ella para salvar mi vida.
La verdad es que no solo deseaba que me tocara porque quería que el dolor cesara.
Yo también quería tocarla, porque quería que esa mirada de agonía abandonara su rostro.
Quería consolarla.... Porque me gustaba.
Me gustaba mi secuestradora. ¿Cómo era posible?
Me eche hacia atrás de un salto.
No, no podía dejar que sucediera. No iba a acostarme y rendirme porque ella me hubiera contado una historia de locos.
Ese podía ser su mundo, pero no el mío. No podía ceder a ese vínculo de compañeras.
Me apresuré a ir al otro lado de la cama.
- Por favor, vete Lisa- le rogué sollozando- Quiero estar sola- el hipo apenas me dejo pronunciar las palabras.
-No- dijo, y no se movió- No te voy a dejar.
-Por favor vete-me sentí derrotada. Me cubrí la cara con las manos y solloce mientras le volvía a rogar susurrando- Por favor vete, por favor vete- repetía una y otra vez.
Oí que brotaban más palabrotas de su boca y unos segundos después, escuché unos pasos que salían de la habitación.
Y fue entonces cuando comenzó el dolor de verdad.
Holis!!!
Disculpen la demora..... les dejo este pequeño capítulo.
Les prometo actualizar cada semana, disculpen que los he dejado en angustia!
Besitos 💋
Espero y les esté gustando la historia.
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La Hermosa y La Alpha Lalisa
Science FictionJennie ni siquiera sabe que hay seres capaces de cambiar de forma. En un avión a Paris conoce a la Alpha Lalisa, que afirma que ella le pertenece. La posesiva alpha marca a Jennie la lleva a su suite, donde lucha por la pasión que crece en su inter...