Prologo

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   Siempre hace falta un golpe de locura, para poder desafiar el destino

                             "MARGUERITE YOURCENAR"


Dos figuras se encontraban parados  frente a una casa mientras la fuerte lluvia y la intensa oscuridad los rodeaba completamente, en ello el primero le dice al segundo – no crees que el estar aquí es demasiado peligroso, podrían descubrir quiénes somos y que hacemos aquí.

No te preocupes me asegure de que nadie estuviese cerca – contesto de inmediato el segundo en tanto se quedaba viendo fijamente la casa que se encontraba enfrente suyo, más específicamente la ventana que estaba en la parte superior a la derecha.

Aparte recuerda que si alguien notase nuestra presencia lo único que debería hacer es matarlo – agrego con un aire de autosuficiencia.

Lo sé, para ti todo es fácil últimamente – soltó enseguida la figura que estaba alado suyo, solo para añadir despues – pero sabes me gustaría hacer algo sin tener que matar a alguien para variar esta vez.

Pero el segundo lejos de escucharlo solo se concentro más en la pequeña ventana, no sabía porque pero tenía la terrible necesidad de saber quien estaba adentro y porque era tan especial, ya que lo mandaron a él directamente a hacer el trabajo.

Cuando le dijeron la tarea que debía hacer el protesto en un principio, pero siendo su propio padre quien se lo ordeno no tenía otra alternativa más que obedecer.

Vamos – hablo el chico alado suyo – tal vez tú no te mueras de frio aquí bajo la lluvia, pero yo sí.

Estas palabras le hicieron reaccionar enseguida y sin perder de vista de la ventana contesto – eres uno de los individuos más fuertes que conozco y te asusta un simple resfriado.

No es solo el resfriado – le corto enseguida – es esta maldita lluvia no la soporto, aparte tu sabes que no soy muy amigo del agua.

Pareces un gato – comento enseguida el segundo con tono divertido.

Y tú pareces un maldito acosador, pero yo no te lo recalco cada segundo – hablo el primero totalmente frustrado y enojado.

De acuerdo nos vamos, pero recuerda que me debes esta – dijo la segunda figura en tanto el otro sonreía y empezaba a caminar.

La segunda figura se quedo un momento más parado observando nuevamente la ventana, lamentando el destino de la persona que viviese ahí adentro. Pero no teniendo otra opción él también se puso a caminar perdiéndose en la oscuridad que le proporcionaba la noche.


CRONICAS NEFILIM: DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora