Desde que el príncipe Jacaerys nació, rumores dentro de la fortaleza comenzaron a surgir, y más cuando un par de meses después nació el príncipe Aegon, quién parecía ser el gemelo de Jace. Los dos varones de las princesas Targaryen eran bastante parecidos, incluso algunos aseguraban que eran idénticos a Hendrix cuando era un bebé, conforme iban creciendo, ambos enseñaban unos ojos azules acompañados de un cabello castaño rizado.
Arabella estaba cansada de escuchar todos los días algún rumor o comentario respecto al engaño de su esposo, la paternidad de los hijos de Rhaenyra o que sus hijos tenían más hermanos de los creían. La princesa quería confiar en su esposo, quería creer que eran simples rumores, y el aspecto de Jace era una simple coincidencia por que sus padres tenían sangre Arryn y Baratheon, pero con el nacimiento de Lucerys, esa confianza iba perdiéndose más y más, haciendo que considerara lo que se escuchaba por los pasillos.
Su corazón sabía que algo pasaba, tenía un presentimiento que se lo decía, incluso aunque quisiera ignorar esa mala corazonada, la cama vacía en esa noche de frío y tormenta solo la hacía sobre pensar las cosas, por lo que tomó una vela para irse por los pasadizos hasta la habitación de Rhaenyra a enfrentar la realidad de una vez por todas.
Sus pies descalzos sentían el frío de los pasadizos, y el viento que entraba golpear bruscamente contra su cuerpo cubierto únicamente por el camisón, conforme se iba acercando a los aposentos de Rhaenyra, sentía su pecho latir con más fuerza, y sus manos temblar con aquella vela que tenía bastante cera por soltar. Arabella sintió su corazón romperse tan pronto escuchó la voz y los gemidos de su prima acompañados de los de su esposo.
—¿Qué hay de Arabella?
—Seguramente ya esté dormida —la castaña cubrió su boca sintiendo un sollozo a travesar su garganta—. ¿Podemos no hablar de ella en este momento?
Sabía que su relación no era perfecta, en un principio era una simple mentira, pero era cierto que el guardia y ella habían mejorado con el paso de los años, y lo que sentía por él seguramente no lo sentiría por alguien más, ni siquiera Cassian Lannister. Le rompía el corazón que, a pesar de estar tantos años juntos, y tener cinco hijos juntos, él prefería a su prima, la que le causaba inseguridades desde su noche de bodas.
Sin querer escuchar más, Arabella corrió por los pasillos de los pasadizos hasta volver a su habitación con el corazón roto. La lluvia se intensificó junto a su llanto, la vela se apagó tan pronto llegó a su habitación, ambas representando sus sentimientos. Se acomodó en una de las sillas de la habitación, observando las gotas caer con violencia contra la fortaleza, el pueblo y el mar, acariciaba su vientre plano sintiendo caer sus lágrimas con total libertad mojando parte de su camisón.
Hace poco se había enterado, o, mejor dicho, había confirmado que estaba a la espera de un sexto hijo, no había querido decir nada puesto que ambos acordaron en que Aegon sería el último, pese a eso, nació Daeron, quién fue una completa sorpresa que recibieron calidez y amor, pero con él, la promesa de que no habría más.
La lluvia cesó conforme la luna se iba ocultando, dándole la bienvenida al sol que iba saliendo con bastante pereza, asegurando una mañana gris y fría, tenía un nudo en su garganta conforme pensaba cuando tiempo llevaba creyendo las mentiras del guardia, incluso en su matrimonio era la sombra de Rhaenyra, la segunda opción.
—Arabella... —sintió el tono de sorpresa que tenía su esposo tan pronto se adentró a la habitación—. ¿Qué haces despierta?, ¿has dormido algo?
La castaña se quedó en silencio, apretando sus labios para evitar dejar escapar algún sollozo rebelde, limpió sus lágrimas levantándose de la silla ignorando al castaño, Harwin no pudo evitar notar el rostro hinchado y sonrojado de Arabella, por lo que se acercó intentando acunar su rostro y besar su cabeza, sin embargo, la princesa se alejó bruscamente, causándole curiosidad al Strong.
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Unhappy marriage [Harwin Strong]
FanfictionPocos creían que el príncipe Daemon Targaryen había logrado tener descendencia con Lady Rhea Royce, pero era cierto, de aquel terrible matrimonio había nacido una preciosa niña, quién era la perfecta combinación de sus padres, un cabello castaño com...