𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟏𝟐

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Arabella tenía la mirada perdida en la puerta de sus aposentos, tenía un nuevo camisón, las sábanas habían sido cambiadas y el piso limpiado, nada en esa habitación parecía dar a entender que hace pocas horas había perdido un bebé.

Tenía sus mejillas con un rastro de lágrimas secas, a su vez, un dolor en su vientre que solo mostraba la ausencia de su sexto hijo. Aunque este bebé no había sido planeado, y no estaba para nada en los planes para su familia, seguía lamentándose esa perdida, y más lo que había confirmado.

Su corazón estaba roto, había sido traicionada por su propia sangre y por el hombre que juraba amarla y haberse enamorado de ella desde hace años, había confirmado todos esos estúpidos rumores que escuchaba a diario sobre los hijos de Rhaenyra y su esposo.

—Princesa —la puerta de su habitación se abrió dejando ver a Eric—, la reina desea verla.

Con desgano asintió para que su guardia dejara entrar a Alicent, la pelirroja se adentró a paso lento, con una mirada de tristeza hacia la princesa que no parecía tener intenciones de moverse de la cama.

—Arabella... ¿cómo estás? —los ojos tristes de la joven cayeron en la reina—, en los pasillos solo se escuchan como culpas a Rhaenyra y Harwin de lo que pasó, ¿qué ocurrió?, ¿cómo ocurrió?

—Estaba esperando un bebé, Alicent —comentó con la voz rota—, y confirmé lo que todos dicen desde que nació Jacaerys. 

—¿Harwin y Rhaenyra? —la castaña asintió con los ojos vidriosos sin dejar que Alicent terminara de hablar—, debes hacer algo️, Arabella.

—¿Algo como qué, Alicent? —la miró con enojo luchando por no dejar caer sus lágrimas en sus mejillas—, esos rumores están en el pasillo desde hace años, mi tío prefiere ignorarlos para darle el capricho a su hija —la Hightower le dio la razón en eso, sentándose en la cama para tomar la mano de la princesa—. En ocho años no ha pasado nada, ¿qué será diferente ahora?

—Porque ahora son más que rumores, Arabella —insistió mirándola a los ojos—, tu misma lo confirmaste, tu misma lo viste, así que puedes hablarlo y hacer que las consecuencias los afecten —la princesa rodó los ojos limpiando sus lágrimas—, habla con Viserys para que anule tu matrimonio, vete con los niños al valle —comenzó a dar ideas ignorando la mirada de la princesa

Arabella suspiró soltándose del agarre de Alicent para levantarse de la cama y caminar por la habitación ignorando el dolor que sentía, quería ver a sus hijos, estar con ellos ignorando esa tristeza que tenía en su pecho. Abrió la puerta de su habitación cruzándose con su guardia juramentado, Eric le dio una mirada de tristeza que la joven decidió ignorar.

—¿Puedo pedirte un favor, Eric? —el guardia asintió tratando de mantenerse firme—, quiero que traigas a los niños, por favor.

—Ya mismo, princesa.

Arabella asintió cerrando la puerta de nuevo, tomó una copa bebiendo un poco de vino dándole una mirada a Alicent que seguía con esa mirada de tristeza y enojo en su rostro, suspiró dramáticamente acomodándose ahora en uno de los sofás de la habitación.

—Quiero que me hagas un favor.

—Por supuesto, Bella, lo que sea.

—Quiero que le pidas a Viserys que mañana se reúna conmigo, quiero hablar con él acerca de anular mi matrimonio. 

Aunque la expresión de Alicent lo dijo todo, simplemente asintió absteniéndose a decir algo más, sabía que la situación por la que Arabella pasaba era difícil, complicada por todas las partes que se vieran, y era casi imposible hacer algún comentario.

Unhappy marriage [Harwin Strong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora