Loren. Lunes 4 de septiembre. 23:04
Había sido un día difícil, tras las exigencias de Hans y como había actuado como si no se hubiera generado entre ambos una confianza.
Con las puntas que la bailarina se había olvidado aun entre sus manos, buscó a su mejor amigo por todo el edificio, hasta que vio a Jackson en el vestíbulo terminando de hablar con una de las chicas y tras preguntarle, supo que seguramente Hunter se encontraría en la azotea practicando algunas cosas con la guitarra y enseguida subía para hablar de cómo había ido el día. En efecto, lo encontró caminando de un lado a otro con guitarra en mano, intentando sacar un riff que por sus quejas parecía no salirle.
No tardó en llegar hasta él y hacer que se sentara, dando por perdido sus esfuerzos.
—Hunter —le dijo, colocando una silla plegable de las de la azotea frente a la del rubio. —¿Tienes un momento?
—Esta mañana me dijiste que le hiciera caso a Hans e intentara meter algo de guitarra en la obra—respondió, entrecerrando sus ojos irónicamente mientras miraba el instrumento, que había dejado en la esquina
—Puedes hacerlo mañana, estoy seguro de que no le importará, y si no te sale se lo comentaré. —Fue todo lo que dijo, finalizando el tema y alejando la mano del hombro de su amigo.
—Quiero hablarte sobre algo importante, o eso creo, sinceramente explotaré si no lo cuento.
Antes de que empezara a hablar, la puerta de la azotea se abrió de nuevo y Jackson la atravesó con varias cervezas en mano, indicándole a Loren que rápidamente le sacara una silla.
—¿Llegó en el momento justo? —les preguntó para saber si interrumpía la charla entre los dos.
—Oh, sí, en realidad, tú también puedes saberlo. Está bien tener más de una opinión
Hunter, impaciente mientras le daba un sorbo a su cerveza, susurró un "va" para que Loren contara eso que guardaba.
—¿Qué creéis que le pasa a Hans? —preguntó entonces, una vez estuvieron lo suficientemente cómodos sentados y relajados con las cervezas empezadas para hablar del tema.
—¿Al rey? —Jackson frunció el ceño de repente, ambos habían estado juntos durante toda la mañana y parte de la tarde, pero claramente le extrañaba.
El director de la academia se había sacado del bolsillo un paquete de cigarrillos y se encendía uno con la mirada cansada fundida en el atardecer y el horizonte, que mostraba al sol escondiéndose entre los edificios de la ciudad, en cambio, Hunter tenía los ojos abiertos como platos intentando saber más sobre lo que Loren les estaba intentando comunicar.
—Si —Los labios de Loren se crisparon. —He hablado con él, y coincido en que no lo suficiente para conocerlo porque los temas previos a los ensayos los he hablado con Scarly, pero... ¿No le has visto cuando estábamos practicando el vals principal del primer acto? Es como si estuviera muerto en la vida
—Para ser honestos, parece estar sumido en algún tipo de depresión bastante turbia, o si no es eso, algo así; o a lo mejor solo eran recuerdos —Jackson continuó fumando, pero al parecer le costaba menos imaginarse a Hans, que a Hunter.
Ninguno de sus dos amigos estaba, en realidad, cuanto menos preocupado, solo opinaban porque se les había preguntado y Loren si parecía estarlo, pero no les importaba en lo absoluto lo que fuera que le sucediera a Hans, a decir verdad.
Al fin y al cabo, no estaban allí para hacerse amigos de Hans, estaban aquí por trabajo; y Jackson se encargó de dejarlo claro.
—De todas maneras, —Empezó a hablar con el cigarrillo en la boca sin vocalizar del todo. —Nosotros estamos aquí porque él nos lo ha impuesto, y nosotros lo estamos haciendo porque nos paga un dineral y nos conviene estar. ¿Sabes la fama que vamos a tener tras esto? Me llamaron ayer desde Rusia porque la noticia del ballet real les había llegado allí antes que a los periódicos inglés y se pasaron media hora dándome la enhorabuena, sin duda alguna tendremos negocio después de las vacaciones de invierno por todo el mundo, y gracias a Hans sin duda alguna. Pero pese a ello, y si queremos seguir manteniendo una relación laboral que nos proporcione contactos, los problemas que él pudiera tener no nos deben afectar en lo absoluto a nosotros, y sobre todo a ti Loren, de todas formas, tú ya tienes los tuyos propios.
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Apology of the tearful [Alabanza a la lacrimosa]
Historical FictionHans Edward Swift, como rey de Inglaterra, debe casarse con Scarlett Andrew y tener descendencia. Esta adversidad es entonces el detonante para que el rey se vuelva a dar cuenta de que ser parte de la monarquía no hace inmune al dolor y a pesadillas...