HANS. PRESENTE. 5 de septiembre. 15:54
—¿Por qué Hans te mintió?
El rey escuchó con atención tras la puerta, sus emociones se habían encogido al ver a Loren temblar por sus pesadillas, como lo había hecho él en algún punto difuso de su vida. Y no pudo evitar intervenir, tal vez porque no quería saber la respuesta a la pregunta o quería protegerlo de los recuerdos.
—El agua.
La habitación se sumió en pleno silencio de repente. Seguramente Jackson y Loren se preguntarían cuanta conversación había escuchado el ojiverde, y con miedo esperaban algo más que dos palabras.
—Gracias. —La voz de Loren tembló al dirigirse a él, tal vez por eso Hans se armó de valor para empezar algo que dejaría sin terminar.
—Tengo que irme, espero que te mejores y vaya bien el ensayo de esta tarde.
Jackson insistió en acompañarlo hasta la puerta porque debía cerrar el estudio, y de un momento a otro, cuando el director salió de la habitación y no estaba muchos pasos por delante, la cabeza de Hans se asomó por la puerta cuando Loren se había vuelto a tumbar.
—Y Lor, te pedí perdón por mentirte.
De repente eran dos niños de nuevo, Hans con heridas abiertas cubiertas por ropa, mientras que el coreógrafo pensaba en que no era tiempo de morir aún por el apodo que el rey le había puesto.
"Lor". Había nombres que pronunciados por personas exclusivas sonaban mejor, con claridad; y ese apodo de entre los labios de Hans era un claro ejemplo.
Aunque, aun así, escuchara lo que Hans hubiera escuchado, no era tiempo para hablar las cosas con él, ¡Tenían una actuación que terminar y el pasado que les rodeaba sólo entorpecería aquel acto mundial!
Así que ambos esperarían un poco más, el ojiazul sintiéndose un estúpido por amarlo, y el rizado creyéndose un imprudente por ayudar.
****
LOREN. PRESENTE. Lunes 11 de septiembre. 9:35.
Si bien las interacciones entre Loren y Hans no aumentaron significativamente en los días próximos a que el Alteza Real escuchara gran parte de la conversación detrás de la puerta y hubiera dejado al ojiazul helado con sus palabras, además de porque debido a ello Hans empezó a evitar todo lo posible quedarse a solas con Loren e incluso dirigirse a él durante las conversaciones grupales, sus encuentros dejaron de ser tan tensos con la llegada del lunes.
Mientras Hans había pasado del miércoles al domingo entre su cuarto, la biblioteca y el estudio de baile, sufriendo mientras se revolcaba en los recuerdos de su pasado que Loren había abierto y con unas ojeras que llegaban hasta sus pómulos; el ojiazul se recuperó con rapidez y, al contrario que el de ojos verdes, y obviando sus recuerdos, miró hacia delante con la cabeza bien alta centrándose en el trabajo que debía de finalizar en un par de semanas.
Las clases en el estudio, a las que Hans empezó a acudir el jueves cuando al parecer había superado la tensión con Loren en solitario, empezaron a tener un ambiente algo más distendido, ya que el resto del grupo (o al menos Jackson y Liam) también empezó a notar que entre los dos había un asunto abierto que ninguno de los dos pretendía cerrar.
Por supuesto, los nuevos bailarines (que cada vez eran más porque el elenco se iba aumentando para realizar los ensayos de los tres actos, y finalmente el viernes uno conjunto) no sabían nada de la relación pasada de Loren y Hans, más allá de que eran el coreógrafo y el jefe del ballet -además de rey del país-, pero, y aunque no eran especialmente brillantes, la tensión entre ambos generaba un morbo y unas ganas de saber la historia trágica detrás de aquella incomodidad con que se trataban. Aunque jamás se sabría, porque solían ser discretos durante las horas de clase y cuando se quedaban los cuatro solos la tensión invadía el ambiente, pero nadie preguntaba.
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Apology of the tearful [Alabanza a la lacrimosa]
Historical FictionHans Edward Swift, como rey de Inglaterra, debe casarse con Scarlett Andrew y tener descendencia. Esta adversidad es entonces el detonante para que el rey se vuelva a dar cuenta de que ser parte de la monarquía no hace inmune al dolor y a pesadillas...