LOREN. PRESENTE. Martes 26 de septiembre. 12:35
—¿Cómo acabaron los ensayos el otro día?
Hunter junto a Jackson habían irrumpido en casa de Loren hacía las diez de la mañana, cuatro días después de que los ensayos finalizarán y se vieran por primera vez en su periodo de vacaciones.
Loren dio un par de sorbos a su taza de cacao antes de pensar la respuesta a la pregunta, y darles a Jack y a Hunter un tiempo para sentarse en la mesa.
—Estuvo bien, creo, terminamos divirtiéndonos —Fue todo lo que dijo, encogiéndose de hombros. Sus manos se pasaron por su cara, y Jack solo pudo echarle una mirada que en palabras hubiera dicho: "Sé que hay algo que no nos cuentas"
—Pues los bailarines salieron algo enfadados, dijeron por ahí que no estabas del todo concentrado. —Loren frunció el ceño, sintiéndose como un adolescente de quince años al que le estaban sermoneando por no hacer bien sus deberes. —Además tienes unas ojeras horribles, ¿Por qué no descansas si ya hemos acabado?
—Ya, ya lo sé —resopló, pasando una mano por su cara al recordar su cara de mierda en el reflejo del espejo aquella misma mañana —. Estuve enfadado ese día después de la charla que tuvimos...
—¡Ey! ¿Qué charla? ¡Por qué me lo pierdo todo! —Hunter se quejó, pero Loren siguió hablando sin querer ser interrumpido.
—Supongo que algo repercutió en los bailarines... Y, por si fuera poco, Hans se presentó al acabar en el estudio.
—¿¡No estaba muerto!? —Volvió a exclamar el rubio, tanto, que el bailarín tuvo que frenar sus palabras.
—Pues por suerte o por desgracia, no... Estuvimos hablando un rato y bueno, más bien discutiendo. Vino aquí exigiendo respuestas, que porqué esto, que porqué lo otro... Parecía salido de una cueva, y además me pidió que bailara con él, ¡Yo! ¡Después de todo lo que me hizo! —Loren se estaba volviendo alterar, y Jack percatándose colocó una mano en su rodilla.
—¿Y qué más? ¿Vino también para contarte sobre los demonios que le atormentan? ¿Sobre por qué parecía salido de la cueva de Big Foot? —Hunter utilizó un tono que oscilaba entre la seriedad y la burla, apoyando su codo sobre la mesa y la barbilla sobre su mano.
Jack seguía observando en silencio, como si tratara de asimilar toda la información.
Loren no pudo evitar rodar sus ojos, negando con la cabeza.
—Claro que no —respondió con obviedad —. No le invité siquiera, mi plan era salir rápido hacia la fiesta, pero él me interrumpió.
—Ya has hecho tu obra de caridad, entonces. ¿Te sientes mejor contigo mismo? Sabes que no le pasa nada y es puro rencor hacía ti por lo que sea que os pasara en el pasado. O en palabras más sencillas, odia que estés triunfando en el ballet porque lo ama y él no pueda.
—Eres imbécil. —le respondió, balanceando una de sus piernas para llegar a darle una suave patada a su amiga en el costado —. ¿Por qué te lo tomas todo a broma? Ni siquiera me contó sobre lo que sea que le pasa...
—No me lo tomo a broma —Hunter chasqueó su lengua —. Pero quiero saber hasta qué punto tú te lo estás tomando en serio.
—Ya hemos hablado sobre esto antes y no voy a volver a tener esta conversación con vosotros. No es rencor, no es... Hay algo más que no se trata de mí. —replicó Loren, agarrando su taza para dejarla en el fregadero.
El silencio inundó la habitación, pero la voz relajada de Jackson lo rompió de un momento a otro.
—¿Si no fue para nada, ¿qué hicisteis y por qué estás tan enfadado con él?
ESTÁS LEYENDO
Apology of the tearful [Alabanza a la lacrimosa]
Historical FictionHans Edward Swift, como rey de Inglaterra, debe casarse con Scarlett Andrew y tener descendencia. Esta adversidad es entonces el detonante para que el rey se vuelva a dar cuenta de que ser parte de la monarquía no hace inmune al dolor y a pesadillas...