IX: La Prueba

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Tengo ya toda la mañana hablando con Diego, mientras espero a Zeus y a los demás para la prueba, al parecer la banda en su uniforme representa la parte del mundo de la cual viene, un ejemplo claro es que mi uniforme trae dorado porque soy de Inglaterra, y la de el tiene una banda dorada porque es español. Es alguien agradable pero algo molesto, es como gatito hambriento con un parlante pegadonal hocico, osea es molesto.

Al pasar media hora aproximadamente, escucho un grito de Zeus

- ¡Sobrinita!, ¡¿Donde estás?! - Ese maldito anciano ruidoso podría despertar a media ciudad si se lo propone

- Aquí estoy, Zeus -le aviso para que pare de gritar

- Ah, aquí estás, eres tan pequeña que no te vi, deberías crecer un poquito, si no te confundirán con una niña en el entrenamiento, Lucesita -Dice haciendo que me enoje

- Zeus, no estoy tan pequeña, mido 1,53, es una buena altura para una joven de 15 años - Intento no perder la calma

- Pero aún así, eres una enana, Luz- insiste

- No claro que no lo es

En ese momento todos volteamos, es Abigail, tenía como 3 años sin verla, debo admitir que la extrañe y apenas la vé, Zeus enciende el modo tonto

-A..a..a Abigail, ¿esco motas?... ¡Perdón!, quise decir ¿cómo estás?-tartamudea, y me da una risa increíble, parece un niño, se nota como suda, pagaría por ver este show todos los días-, digo tu siempre estás bien porque eres tu... No me malinterpretes no está mal que estés bien, pero no esta bien que estés mal, Abigail... ¿Cómo estás?

- Bien -Es lo único que responde Abigail, ni siquiera lo saludo, pobre Zeus- ¿Y luz?

- ¿No viniste por mi? -Pregunta Zeus algo confundido

- Claro que no, vine por Luz, es ella a quien le pago los estudios, no a ti -Esta mujer es más fria que un tímpano de hielo, pero lo que más me divierte es la cara de decepción de Zeus

- Aquí estoy, Abigail - Camino hacia la mujer que considero mi madre

- ¡Lucesita!- Me abraza y me besa en la frente, aunque no lo parezca, me encantan este tipo de tratos

Ella viajo desde Londres solo a verme, eso sí es ser una madre, pero no tengo planeado decirle eso, será para que se ponga como loca, solo serán mis pensamientos, nunca lo sabrá

- ¿Me extrañaste, Luz?- Mientras me aprieta las mejillas

- Si, te extrañe, Abigail - Admito

- Bueno, me alegra, además estoy emocionada, hoy por fin te conviertes en asesino, claro si no te vuelan la cabeza -Es impresionante como no muestra preocupación

Pero el momento de reencuentro no dura mucho, ya que todos escuchamos la campana que anuncia el inicio de la prueba.

Nos dirigimos al campo de entrenamiento, dónde veo a todos los que alguna vez fueron mis compañeros listos para masacrarse entre sí, además veo a los compañeros de Diego y muchos grupos más, al parecer solo pasarán 5 de cada grupo, pero hay que tener en cuenta que cada grupo tiene más de 20 personas, esto no será fácil, de ahora en adelante esto se convertira en una verdadera carnicería.

Una luz, para LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora