después de ese día tan agotador y extraño me encamine a la salida de la UA donde me esperaba mi chofer.
— ¡Hoshi!— mi padre hizo una entrada demasiado escandalosa causando la mirada de todos.— ¡Te llevo a casa!
—Me llevará Kenzo-san.— respondí volviendo a mi caminata, Kenzo era el nombre de mi chofer.
—¡Estoy seguro que no le importará!— sin más me tomó de la cintura y me alzó a sus hombros
—¡Dios mío no soy una niña pequeña!— empecé a patalear pero no conseguí nada. ¡Que vergüenza todos nos ven!
no me quedo de otra más que hacer una ilusión.
Cree una situación donde un niño necesitaba ayuda. Sabía que funcionaria.
—dicho y hecho.— rectifique en voz alta cuando mi padre me dejó para ir a auxiliarlo pero cuando llego se desvaneció. cuando se dio cuenta era tarde yo ya estaba en el auto.
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Los días pasaron rápido. Todos empezaron a ser más cercanos... bueno solo shoto y yo no hacíamos eso
Yo no sabía cómo y él al parecer no quería nada que ver con "amigos".
Estába en la cafetería.. no sabía dónde sentarme no encontraba a Shoto y no conocía muy bien a nadie.
—¡Hey, Yagi-san!— escuche mi nombre ser llamado. Busque con la mirada a el responsable, era un chico pelirrojo con dientes divertidos.—¡Ven aquí con nosotros!— pude ver que estaba acompañado de alguien mas. No me negué y me acerque a ellos
—Hola...— me puse un poco nerviosa al no saber quien era él y creo que ya había visto a la persona que estaba a su lado, pero no recordada donde ni cual era su nombre—lo siento ¿Los conozco?
—Vamos en la misma clase— sonrió algo nervioso y apenado.
—Oh, lo siento..— me puse aún mas nerviosa
—Te dije que era igual a él hijo de endeavor.— el chico a su lado hablo. Recordé quien era. es el que quedó un puesto arriba de mí en el examen de don.
—¿Que quieres decir?— pregunte sería imaginando a lo que refería.
—Una inútil que entró aquí sin esfuerzo alguno. Una hija de papi nada más.— contestó con sorna mientras ponía sus manos atrás de su nuca.
—Bakugou— regañó el pelirrojo dándole un codazo
—Escúchame.— recargue mis manos en la mesa acercándome a su rostro obligándolo a mirarme a los ojos—no me subestimes, no soy la hija mimada de nadie.— al terminar de decir eso active mi don, y le hice creer que estaba en un vacío sin salida.
Me sentí mejor al ver su pánico, aunque lo disimulo bastante bien no pasaba desapercibido por mi.
—Hoshi— shoto llegó a mi lado así que diluí la ilusión — perdón, el viejo me llamo.— asenti levemente y mire a el pelirrojo que me había invitado.
— Gracias por tu invitación pero no le agrado a tu amigo y el sentimiento es mutuo.— le sonreí levemente.
No supe si me contestó algo porque me fui con shoto.
