La chica se encerró en su habitación después de clases. Estaba desempacando todo acomodando todo en su lugar.
Ropa, productos de baño y todo lo que ocupaba en su anterior casa, decoró su cuarto a su gusto al fin de cuentas era suyo
Hasta que llegó a la maleta de sus pinturas ¿Porque era tan difícil abrir esa caja.
—A la mierda.— se acercó a la caja y la abrió. Observó con detalle cada pintura que tenía, las conocía perfectamente y conocía los rojos que ocupaba todos los días. Decidió volver a intentarlo
Tomó un lienzo en blanco y preparó su paleta de pintura mientras trataba de pintar recordó todo lo sucedido en el secuestro.
—La boca, brujita.—dio otra pincelada firme.
—Tienes un rostro hermoso, esta cicatriz va a ser espeluznante— se dedicó a pintar los ojos de el chico de su pintura
—hueles a amor, estas enamorada pero lo niegas porque es un idiota ¿no es así?— pinto sus cicatrices con cuidado
—Venga a nuestro clan y pon tu apellido en alto.— tomó otro tono de pintura para los árboles.
Terminó su pintura y la vio con cuidado. Era exactamente igual que el hombre que vio.igual a el villano que la derrotó.
Su puerta fue tocada entró en pánico y tapó su pintura con una manta que encontró.
Abrió la puerta encontrándose con toda la clase
—¿Todo bien?— pregunto con nerviosismo.
—Estamos haciendo un concurso de habitaciones.— mina empujó la puerta sin su permiso y entró toda la clase detrás suya.
—¡Es muy bonita!— dijo con asombro
—Muy artístico, me gusta.— Tokoyami hablo con una sonrisa
Hoshi no encontraba las palabras para decirles a todos que salieran de su habitación. Estaba molesta, ni siquiera preguntaron si podían entrar.
—¿Que es esto?— preguntó Ochako quitando la manta que anteriormente Hoshi le puso a su cuadro recien pintado.
—¡No espera!— se sobresaltó la chica tratando de evitarlo. Pero no lo logro y la mitad de su pintura terminó corrida, aún así Todos reconocían a aquel villano de el campamento, sus miradas se mostraron confusas ¿Porque Hoshi pintaria a el villano que la secuestro? Y mas que otra cosa ¿porque lo pinto sonriendo?.
—Salgan de aquí ahora.— ordenó la chica en un tono frío todos se quedaron callados confundidos.— ¡Largo!— gritó con desesperación al ver que nadie se movía.
Cerró la puerta cuando el último de sus amigos salió, corrió a el retrato— No,no, no..— se arrodilló en el suelo y negaba con nerviosismo al ver la pintura arruinada. Sollozo abrazando el cuadro.— lo siento, lo siento.— repitió con agonía.— Si eres tú.. juro que te voy a traer de vuelta.— comentó a el aire, no estaba segura si era él o no. Pero no le diría a nadie de la suposición de su identidad.
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El rubio miraba por su ventana la noche fría, no podía dormir. No había podido desde que dejó de ver a Hoshi en su casa.
—¿Bruja?— la chica pasó por el pasto llamando la atención de el rubio, ella no lo escuchó y siguió su camino. ¿porque Hoshi saldría a la mitad de la noche?
No lo pensó mucho y bajo perdiéndose por los árboles tratando de encontrar a la chica
—¿Bakugou?— preguntó con fastidio detrás de él, el chico se sobresaltó dando la vuelta—¿Me estabas siguiendo?— se cruzó de brazos molesta
—No..— Respondió con terquedad.
—¿Entonces que haces aquí?—Cuestiono con sarcasmo
—Yo.. caminaba.— dijo con molestia.— ¿Tu que haces aquí? Fea.
—Voy a ignorar que me llamaste así.— suspiro pesadamente.— y lo que yo haga no te importa.—camino y Bakugou no pudo evitar seguirla.
—Si nos ven aquí nos castigarán— informó con fastidio.—
—Entonces vete.— contesto con brusquedad. El chico solo rechistó y siguió caminando tras ella
Al paso de los minutos llegaron a una zona de entrenamiento. Hoshi camino a uno de los edificios más altos de la pequeña ciudad de entrenamiento
—¿Que haces?— volvió a preguntar con desespero.
—A hacer un Henko.— respondió con neutralidad subiendo por las escaleras
—¿Un Henko?— preguntó con enojo— vámonos ya.
Lo ignoro y siguió caminando, llegó hasta la terraza y llegó a el borde, Bakugou solo la observo desde la entrada
—¿Tu sabes que es un Henko?— preguntó con tranquilidad, no espero una respuesta.— es una decisión que tomas sin retorno, la filosofía de el cambio.— sentía el viento chocar con su cuerpo mientras hablaba— Quiero hacer un Henko— lo miró.— este es mi cambio.— sin más dejó su cuerpo caer al precipicio dejando a el rubio con una sensación agridulce corrió a el lugar donde antes estaba la chica sintiendo el aire fuera de sus pulmones
Miró con miedo el suelo, encontrándose con una escena que lo hizo enojar—¿¡Que crees que haces!?— preguntó enojado— la chica estaba a mitad de el edificio, su cuerpo estaba suspendido en el aire a causa de su telequinesis.
