—Buenas noches Kenzo-san.— saludo a su chofer cuando entró a el carro.
—Buenas noches, Señorita Yagi.— saludo con cordialidad empezando a manejar a el antiguo hogar de Hoshi, la residencia Yagi.
Mientras Hoshi observaba los pequeños copos de nieve que caían sobre el vidrio de el automóvil solo podía pensar en una cosa.
—¿papá ira a casa?—Ni siquiera entendía el porque le importaba tanto, tal vez tenía una pequeña esperanza de que se acordara de ella; dejara su trabajo de lado para estar con ella.
Después su lesión en la pelea con All for one pensó que al él dejar de ser un héroe activo se fijaría mas en ella y en su relación.
Apretó con fuerza su falda de cuero, estaba nerviosa; desvió su vista a la pequeña caja de regalo al lado de ella, era el obsequio que Hoshi había comprado para su progenitor.
Solo esperaba que no quedara como una idiota esperando por alguien que no se presentaría.
Observó con detalle cuando entraron por los portones de su residencia, algo exagerada y vanidosa tomando en cuenta que solo vivían en ella su padre y ella.
Todo estaba como lo había dejado, los árboles estaban cubiertos de nieve, unos minutos más de conducir el carro llegó a la entrada principal de la casa.
—Buenas noches.— saludo a el hombre que le abrió le puerta.
A el instante que entró por las puertas el olor a pavo y el calor entraron en sus fosas nasales regalando un momento reconfortante a la rubia, se sintió llena de alegría y paz que era digna de la noche buena.
Se sintió feliz de ver a todas aquellas personas que se encargaban de preparar la cena, todos parecían estar esperando con ansias a los Yagi, o bueno si es que su padre aparecía.
—Buenas noches señorita Yagi.— saludaron a él uniso formando un coro, todos parecieron terminar de hacer lo que hacían y se acomodaron en sus lugares respectivos, listos para esperar alguna orden de Hoshi.
—Buenas noches a todos.— saludo con una sonrisa tomando asiento en una de las sillas de el hermoso y largo comedor; una de las sirvientes estaba por servirle comida pero Hoshi lo impidió.— me gustaría esperar a mi padre..— dijo con algo de vergüenza
La señora asintió con una sonrisa dejando al frente su plato, rápidamente tomó otro juego de platos para el susodicho, pero al darse la vuelta dio una mirada rápida a su compañera comunicándole algo, llamar a Toshinori pues ambas sabían que no llegaría y nadie de los presentes tenía el corazón para romperle aquella ilusión a la adolescente.
La joven sirviente corrió a el teléfono de casa más cercano tecleando el número de el héroe
Una llamada
Dos llamadas
Tres llamadas
Cuatro llamadas
Y los tonos dejaron de escucharse, mandaba directo a buzón.
La joven algo desesperada y enojada volvió a teclear el número, obteniendo el mismo resultado. Toshinori apagó su teléfono sin importarle la importancia o urgencia de la situación.
Y así regresó rápidamente a el comedor mirando a su compañera con una cara que demostraba el fracaso de su intento de comunicarse con el héroe.
Rápidamente las miradas y el mensaje se fueron dando a conocer por toda la servidumbre, los pequeños murmullos ponían algo nerviosa a la rubia.
—¿que está pasando?
Miró el reloj en su muñeca, pronto serían las 10:30.
Los minutos pasaron convirtiéndose en una hora más, la pierna de la chica no dejaba de moverse en señal de nerviosismo. la servidumbre cada vez se ponía más incómoda y desesperada por no poder decirle la cruda realidad a Hoshi.
Con algo de duda tomó su celular para buscar el contacto de su padre, marco con inseguridad y pegó su celular a su oreja, ni siquiera escucho los tonos cuando la llamada fue desviada a el buzón de voz.
Pronto volvió a llamar, no dejaría que quedara en ridículo enfrente de todas esas personas que sabía perfectamente que les causaba lastima.
—¿Papá vas a venir ?— fingió escuchar con atención una voz imaginaria.— Perfecto, te espero entonces.— su cara se iluminó fálsamente.—Te veo en un rato.— fingió colgar levantándose de su silla
—Creo que todos deberíamos de estar con nuestros seres queridos. Vallan a sus casas con sus familias y disfruten esta noche, así como yo lo haré con la mía.— Dijo con un nudo en la garganta, cerró sus ojos con fuerza para evitar las lagrimas que amenazaban en salir , dio una pequeña sonrisa convenciendo a todos de su excusa.
Todos se despidieron deseándole una feliz navidad para la rubia, un milagro tenía que pasar para que esa noche tuviera un buen final.
—Señorita, si me necesita por favor llámeme, no tardaré en llegar.— dijo el Señor Kenzo mientras le daba un pequeño abrazo a la rubia, al final de cuentas la vio crecer y la veía como una hija, una hija que siempre deseó tener.— No me agrada que se quede sola... por favor avíseme cuando quiera regresar a su escuela para asegurarme que llegue bien, no me quedaré tranquilo hasta que yo mismo la vea entrar a la UA.
—Por su puesto Kenzo-san, muchas gracias por todo; feliz navidad.— devolvió el abrazo con gusto, sintiendo las lagrimas más amenazadoras.
Cerró la puerta tras la salida de su chofer y se tiró al suelo dejando salir todo lo que acúmulo durante el día.
Lloro hasta que sus ojos estaban hinchados y su nariz roja, su vista estaba borrosa y débil
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𝐇𝐄𝐍𝐊𝐎━━━𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨𝐮 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢
Fanfiction𝘌𝘯𝘦𝘮𝘪𝘦𝘴 𝘵𝘰 𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳𝘴. 𝘏𝘰𝘴𝘩𝘪 𝘠𝘢𝘨𝘪 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘥𝘦 é𝘭 𝘴í𝘮𝘣𝘰𝘭𝘰 𝘥𝘦 𝘓𝘢 𝘗𝘢𝘻 𝘦𝘯𝘧𝘳𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘴𝘪𝘯 𝘧𝘪𝘯 𝘥𝘦 𝘰𝘣𝘴𝘵á𝘤𝘶𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘭 𝘱𝘳𝘰𝘱ó𝘴𝘪𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘳 𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘭𝘢 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘢...