—Mamá ¡Quiero llevarle flores a la abuela!— un niño de tan solo seis años entró a la cocina; su madre quien estaba lavando los trastes limpio sus manos y se agachó a su altura.
—Ve a decirle a papá que te ayude a bajar algunas de el árbol de el jardín.— contestó mientras depositaba un beso en su cabellera rubia; había heredado su cabello lacio y cenizo pero si de algo estaba segura es que sus ojos eran los mismos que los de su padre
Un rojo intenso que la hacía sentir llena de amor.
—¿Porque siempre le llevamos de esas?— preguntó con emoción mientras la miraba con Curiosidad
—Porque eran sus favoritas; ahora ve que no tardo en acabar aquí.
—¡Si!— de sus manos salió una pequeña explosión que lo impulso de regresó a la sala
—¡Sakurai! Está prohibido usar los dones en casa.— advirtió con autoridad ante la travesura de su infante.
No tardo en escuchar como se abría el cancel para ir a el árbol de Sakura de el patio, terminó de enjuagar el último plato y se quitó su mandil; camino tranquila a donde se encontraban ambos varones mientras dejaba libre su largo cabello.
Miró con ternura como ambos intentaban trepar el árbol; era obvio que podría ocupar su quirk para bajar las flores; pero eso era más divertido.
Una vez ambos tocaron el suelo con seguridad el mayor se acercó a su esposa
—¿Hablaste con tu padre?— preguntó mientras la tomaba de la cintura y depositaba un beso en su mejilla.
—Si; él nos verá en el cementerio.— dijo dejándose llevar por las manos rasposas de del rubio.
Hoy era el cumpleaños de la madre de Hoshi y esposa de Toshinori; ahora mismo estaban preparándose para ir a visitarla como en cada año.
Los Yagi habían tenido una plática profunda de lo sucedido desde hace años; tal vez no fue el mejor padre para ella pero ese vacío lo compensaba por el abuelo tan presente y divertido que se convirtió para su hijo; Sakurai.
Si había tenido un varón idéntico a el héroe número uno de Japón; Dynamight. Así es se había casado con el mismísimo Bakugou Katsuki.
—Tal vez no salió como lo planeamos mamá, no pude nombrar a alguien "Sakura" mi bebé resultó ser un varón.. pero tiene de nombre "Sakurai" es prácticamente lo mismo ¿No?— hablaba frenéticamente frente a la tumba correcta; con las personas correctas y con el nombre grabado correcto.
Ya no era más la lápida que visitaba de joven cuando aún no sabía quien era si madre; ya no era una mentira. Ahora estaba segura que su madre descansaba en un lugar hermoso.
Observó a su esposo y su hijo jugar con las hojas secas dignas de un otoño.
—¡Mamá!— el llamado de su hijo la sacó de sus pensamientos, su esposo venía detrás de él y cuando ambos llegaron a su lado lo miró esperando a que hablara y él niño con ilusión soltó lo que quería decir— ¡Quiero un hermanito!
—¿Que?— su rostro se enrojeció de manera que hizo confundir a su pequeño hijo.—No mi amor; es mucho trabajo. Es muy difícil traer una criatura tan linda como tú a el mundo.
—¡Papá dice que a él no le molestaba darme muchos hermanitos más!— dijo con un puchero a lo cual la rubia lo miró con enfado encontrándose con la picardía en el rostro de su esposo.
El pequeño Sakurai dejó de insistir y salió corriendo cuando vio el carro de su abuelo estacionarse cerca de donde estaban ellos.
—No le digas esas cosas a Sakurai.— regaño mientras le daba un golpe en la nuca
—O vamos el no entiende.— la mano traviesa y juguetona de su esposo recorrió su cintura y muslos con una insinuación obvia.— si no quieres más bebes podemos practicar.
—Katsuki respeta a mi madre por favor; estamos en su tumba.— regaño mientras saludaba a su padre quien jugaba a lo lejos con su hijo
—Se que mi querida suegrita no le molestaría que te ayude a reconstruir su clan.— depositó un pequeño beso en el cuello de su amada con cariño.
—Te amo, Idiota.— menciono mientras le robaba un beso en sus labios.
—Yo te amo más, bruja.
Y así ambos se dedicaron a observar con ternura como su hijo jugaba a las atrapadas con su abuelo; se le veía algo cansado pero estaba más que contento por jugar con el.
Al final era una familia unida; tal vez eran pocos pero sobraba amor entre ellos.
Hoshi criaba a su pequeño como le hubiese gustado ser criada por sus padres; Bakugou vivía su día a día al lado de la mujer más hermosa y el amor de su vida, junto con una pequeña bala que le recordaba a lo travieso que era de niño.
Si su yo adolescente supiera que se casó con Hoshi Yagi, la hija mimada de All Might seguramente se abría desmayado.
Y si la Hoshi adolescente supiera que se casó con Bakugou Katsuki el "gritón inmaduro" de la clase 1A seguro y se hubiera colgado de el techo.
Pero ahora eran felices y no podían imaginarse una vida sin el otro a su lado.
Fin.
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Ninguno era la pareja ideal de el otro, en realidad cuando se conocieron ni siquiera pensaban en algo romántico con alguien; simplemente el amor surge de maneras inesperadas y es imposible evitarlo incluso si se trata de la persona que más odias
