Bakugou estaba frente a la puerta de la habitación de Hoshi, la habían trasladado a su casa para que se desenvolviera mejor, se sentía algo indecente el tener que estar en la habitación de una chica aún con el permiso de su padre. Nunca fue de importarle la comodidad de las personas o sentir vergüenza en situaciones como esta, pero no sabía porque esta era la excepción.
Sin pensarlo mucho abrió la puerta y la chica estaba sentada tratando de dibujar algo. No lo miró y siguió en lo suyo
El se acercó con pasos lentos.. no sabía que decir o hacer ni siquiera sabía que hacía en ese lugar parado frente a ella con un bento en la mano que le mandó su madre. La miró detalladamente, su mirada era vacía y su mano temblaba fuertemente haciendo que no pudiera hacer un dibujo perfecto
Se dedicó a observar la habitación, era demasiado grande y estaba seguro que era el doble de tamaño que el salón de su hogar. Su closet era pequeño y la puerta de el baño estaba abierta lo que le daba curiosidad era lo que había detrás de la puerta cerrada. Es poco probable encontrar una habitación dentro de otra habitación, pero decidió dejar ese tema para después y se sentó en su cama tratando de buscar su mirada.
Conocía muy poco a la chica, realmente nunca interactúo con ella por más de cinco minutos y cuando lo hacían era siempre peleando, esta vez era diferente y no sabía que hacer.. sabía que era un chico explosivo y que su carácter no ayudaría mucho en esa situación
—La vieja te mando esto bruja.— hablo y Hoshi se sobre salto, lo miro y tomó el bento en sus manos con torpeza. Intento abrirlo pero solo consiguió que se resbalara de sus manos a el suelo. La chica tomó una mirada de miedo tratando de recoger el arroz en el suelo. Se le veía realmente desesperada
—lo siento, lo siento..— se escuchaban pequeños susurros salir de sus labios, Bakugou de inmediato se agachó con ella tratando de calmarla
—Oye tranquila está bien, te estás ensuciando.— dijo con enojo y Nerviosismo, las manos de Hoshi no estaban logrando su cometido solo revolvía el arroz junto con los demás alimentos ahí. Pero no le hacía caso. Tomó sus manos tratando de pararla estaba impresionado por la cantidad de fuerza que debía ejercer para mantener las manos de Hoshi quietas— está bien.— él no era de consolar, nunca lo intento en su vida pero no quería ser grosero con ella en esos momentos.
La levantó de el suelo y la llevo a el baño donde abrió el agua de el lavabo para limpiar las manos de Hoshi, intento soltarlas pero ella no podía limpiar perfectamente sus manos. Desesperado y con enojo tomó sus manos para limpiarlas el mismo
—No puedo creer que esté haciendo esto.— hablo con ironía.— Mas te vale no decirle nada a nadie de esto.— regaño a la chica.
Regreso a su cama y la sentó al lado de él dándose cuenta que Hoshi miraba atentamente la puerta que le había causado curiosidad anteriormente
—¿Que hay ahí?— preguntó
Hoshi se levantó y caminó lentamente a la puerta la abrió y entró ahí, Bakugou no sabía si seguirla o no.. pero al ver que tardo un poco más de lo que él consideraba seguro entró por aquella puerta se recargó en el marco y miró con atención la habitación oscura frente a el
Era como un estudio de arte, todo estaba lleno de lo que al parecer eran cuadros tapados con mantas blancas. Pinturas por todos lados, pinceles, brochas e incluso esponjas
Pero lo que más le llamo la atención fue que Hoshi estaba frente a uno de esos Marcos observándolo, estaba destapado y cuando lo pudo ver con claridad entendió el porqué lo veía de esa forma.
Era muy parecida a la mujer que vio cuando los secuestraron.
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—¿Ella es tu madre?— su pregunta era retórica pero buscaba entablar una conversación con ella.
La chica asintió levemente
—Lo encontré en la mañana.— su voz era casi inaudible.— ¿es bonita?
—Se parece mucho a ti.— hablo sin pensar dándose cuenta de lo que insinuó.—¡Menos por los ojos! Los tuyos son iguales a los de all Might!— grito con Hostilidad mirando a algún otro lado.
—La odio.— su voz fue un poco más firme y llena de rencor.— a ambos.
Bakugou no hablo más. No sabía cómo reaccionar a esa situación y no deseaba cometer algún error que hiciera que la chica no le hablara más.
